Opiniones Star Wars: La guerra de los clones (2003)

El artista Genddy Tartakovsky que ha dado vida a estupendas obras animadas como Dexter's Laboratory, Samurai Jack y Hotel Transylvania, ha creado la que es sin duda una de las mejores entregas de la franquicia Star Wars. Para el momento en que se creyó esta serie, faltaba poco para la llegada del episodio 3 que cerraría el vínculo de Anakin Skywalker con Darth Vader. Tartakovsky logró crear una majestuosa serie que retrata la guerra de los clones que se ha desatado después del episodio 2. Cartoon Network también deposito su grano de arena en una de sus épocas más gloriosas. Tartakovsky narra dicho evento desde su visión e incorporando su estilo artístico visto en Samurái Jack, pero la serie tiene la esencia de las demás entregas. También se acredita bastante la banda sonora de James L. Venable que tiene el estilo de John Williams. Aunque no cuenta con el elenco original de las películas, los actores de voz lograron replicar las voces originales de los personajes y la personalidad. La primera temporada es solo una introducción a las guerras clon donde se puede contemplar a varios miembros de La Orden Jedi en combate. La segunda temporada sigue el mismo rumbo, pero mejorando bastante la experiencia y enfocándose un poco más en Anakin y dando indicios sobre su importante relevancia. En Attack Of The Clones ya se podía ver como sus sentimientos de ira iban surgiendo y aquí se puede ver como van creciendo más. Además, da indicios sobre qué rol jugaría Anakin en el futuro. Otro detalle es que curiosamente esta temporada cuenta con un cameo de Shaggy Rogers de la franquicia Scooby-Doo. Puede que se trate de una variante, puesto que Scooby-Doo es una franquicia con distintas realidades o quizás solo fue un homenaje. Un detalle curioso es cuando en un episodio dan una breve y compleja explicación sobre la creación de los sables de luz. Igual no puede ser una explicación universal, ya que en el canon la mayoría de los sables son autofabricados. También es aquí donde se contempla el debut de Grievous. La tercera temporada es más extensa y aquí es donde se vuelve muy importante para los eventos del Revenge Of The Sith. La serie profundiza más la hermandad entre Obi-Wan y Anakin, presenta el ascenso de Anakin como caballero Jedi y de manera implícita muestra el momento íntimo en que Anakin embaraza a Padme para dar lugar al nacimiento de Luke y Leia. También hay un momento implícito sobre el origen de Grievous, pero se le da más relevancia al momento que da a entender que fue entrenado por Dooku. Otro momento importante aquí es la visión de Anakin que no es muy clara, pero que simbólicamente anuncia el nacimiento de Darth Vader. Un pequeño detalle más en esta serie el cameo de Chewbacca junto con su hijo Lumpy, quien apareció anteriormente en Holiday Special. Para concluir, no se puede decir otra cosa más de esta serie que es una gran obra del universo de Star Wars y que merece ser vista como parte esencial de la saga. Mi calificación final para esta serie es un 10/10.

Aunque esta sea una serie muy 2000, se ve muy rezagada con otras de años similares. Con un exceso visual que muchas veces empalaga, la misma se vuelve muy exagerada en sus planos y secuencias. Donde hay una mezcla de colores tan grandes que hace que directa o indirectamente el espectador pierda interés en la serie. No siempre más es mejor. Yo no siempre menos es más, como en los diálogos de la serie. Dónde en muchas ocasiones son inexistentes, haciendo que las escenas de peso, pierdan relevancia y que muchas veces no acabes por entender el conflicto. Si eres fan de Star Wars le puedes encontrar cariño, pero si no, te encontrarás una serie, con una animación en muchos aspectos torpe, y con una historia no muy bien contada.

Aunque estaba pensada como una simple antesala promocional de La venganza de los Sith, la serie animada de 2003 creada por Genndy Tartakovsky se convirtió en mucho más: en un puente narrativo imprescindible para los verdaderos fans de Star Wars. Con su particular estilo visual —rudo, esquemático, casi minimalista— y una narrativa que apostaba por la acción pura y el simbolismo más que por los diálogos, Tartakovsky consiguió algo que parecía imposible: contar más con menos. Lo que comenzó siendo una sucesión de mini-episodios mudos de tres minutos, se convirtió en una obra con identidad propia que no solo explicaba momentos clave de la saga (como el origen de la tos de Grievous o la cicatriz de Anakin), sino que además conseguía emocionar y enganchar.

Lo más fascinante de Clone Wars es su capacidad para condensar épica, misticismo y evolución de personajes en apenas unas pinceladas. Anakin, por ejemplo, no necesita grandes monólogos para mostrarnos su camino hacia la oscuridad: basta con un combate brutal en Yavin IV y una mirada final que lo dice todo. Y aunque la animación pueda parecer tosca o exagerada para algunos, lo cierto es que encaja a la perfección con el tono heroico y casi mitológico que desprende la serie. Mace Windu aplastando ejércitos con los puños, Kit Fisto surcando las aguas con elegancia letal o la inquietante irrupción de Grievous como una auténtica pesadilla mecánica... son momentos que se quedan grabados. Puede que ya no forme parte del canon oficial, pero para muchos, este es el auténtico eslabón perdido entre los episodios II y III. Y, sinceramente, cuesta no darle la razón al corazón.