CSI: Las Vegas: episodios de la temporada 9

Tras la muerte de Warrick, el C.S.I. regresa al trabajo para investigar la extraña muerte de Sprig Greniger, una ex-empleada de una entidad bancaria, tras caer del balcón de un edificio y estrellarse contra el techo de un autobús. Los forenses recaban evidencias en el escenario, al tiempo que revisan las cintas de las cámaras de seguridad del banco. Mientras visionan las imágenes de vídeo, Catherine y Nick descubren que un hombre con barba se acerca al mostrador en el que se encuentra Sprig y le pide que cambie billetes de 50 por otros de 100 dólares.Posteriormente, el C.S.I. solicita la ayuda de un hipnotizador forense para que hipnotice a otro de los empleados del banco que fue despedido y les facilite información clave que les permita identificar al misterioso delincuente.

Los forenses abren una nueva investigación a raíz del hallazgo del cadáver de una mujer junto a una farola de un parque. Los resultados de la autopsia revelan que la joven, identificada como Carla Peretti, murió asfixiada. Poco después, el C.S.I. tiene conocimiento de otra misteriosa muerte: la de un hombre que parecía estar llamando a un taxi. La extraña puesta en escena de ambos cuerpos lleva a pensar a los forenses que los crímenes son obra de un psicópata, investigación a la que se suma Riley Adams (Lauren Lee Smith), la nueva forense del equipo.

Los forenses acuden a un local nocturno donde yace el cuerpo de Angelica Marie Carlos, hija de un importante capo colombiano de la droga. Las primeras sospechas del caso recaen en Craig Hess, el propietario del establecimiento, hasta que la autopsia revela que la joven presentaba en su torrente sanguíneo sangre de tres personas diferentes, así como restos de cocaína. Poco después, Sylvie Thornton, amiga de la víctima, y Goya (Nicholas Turturro), empleado de Heiss, se suman a la lista de sospechosos del caso.

La dominatrix más reputada de Las Vegas, Lady Heather (Melinda Clarke), mostrará una vez más su ayuda incondicional a Grissom, a quien explicará los sofisticados métodos de tortura utilizados por algunos adictos a la dominación, revelación que será clave en el esclarecimiento del asesinato de Ian Wallace, cliente habitual de un night club especializado en tortura sexual.

Peter Rowe se convierte en el principal sospechoso del asesinato de su mujer Janelle y de Dora, su hija de siete años. Mientras procesan el escenario del crimen, Riley y Greg localizan una bala y descubren que la cerradura de la puerta trasera de la vivienda ha sido forzada. Una vecina informa a los forenses que escuchó una fuerte discusión en la casa de los Rowe, seguida de un disparo. Posteriormente, Brass constata que Peter se llama en realidad Mark Ekhamal y que decidió cambiar su nombre para dejar atrás un oscuro incidente sucedido hace 12 años: la misteriosa muerte de Trevor Murphy, un detective al que contrató su primera mujer para descubrir si él le era infiel.

Grissom inicia la investigación de la extraña muerte de Laila, una joven cantante que alcanzó gran popularidad a raíz de su participación en un programa de televisión, en un nightclub de la ciudad, cerrado tras el asesinato del propietario sucedido hace 50 años. Los forenses descubren poco después que la joven ocultaba un oscuro secreto que podría haber arruinado su prometedora carrera musical. Mientras analizan las evidencias del caso, los investigadores sospechan que un hombre mayor, que reside en el nightclub, podría estar implicado en la muerte del antiguo dueño del establecimiento.

El equipo de forenses trabaja contrarreloj en un doble cometido: descubrir la identidad del cómplice de Nathan Haskell y encontrar a una mujer desaparecida, la última víctima de estos psicópatas. Mientras los investigadores examinan las evidencias, Gil crea un grupo de trabajo en el que participa el doctor Langston como asesor especial. Una vez finalizada la investigación, Grissom pide a Raymond que se incorpore al laboratorio en calidad de forense y lleva a cabo un sorprendente anuncio: su decisión de poner fin a su etapa al frente del C.S.I.

En su primera jornada de trabajo en el C.S.I., Raymond Langston acompaña a Nick a examinar una vivienda tras la denuncia de un robo. Con la ayuda de Stokes, el patólogo criminal aprende a procesar y recoger huellas del escenario. Tras concluir su labor en el inmueble, se produce una fuerte explosión en las inmediaciones de la casa. Los forenses acuden al lugar, donde se reúnen con Brass y descubren el cuerpo carbonizado de un hombre, que resulta ser el propietario de un gimnasio. Tras efectuar la autopsia, los investigadores descubren que la víctima fue asesinada antes de que la explosión le alcanzara, por lo que deciden ahondar en su entorno familiar y laboral.

Cuando Bill Ray Hatford, un efectivo del F.B.I., es brutalmente asesinado en el baño de caballeros de una gasolinera, el C.S.I. interroga a los compañeros de la víctima, los agentes Emma Stanley y Miles Bechman, para intentar descubrir la identidad del asesino. Stanley y Bechman explican a Nick y a Riley que estaban llevando a cabo una operación encubierta en la ciudad con el fin de desarticular una importante red de prostitución. Tras constatar que Hatford se encargaba de contactar con las prostitutas y los proxenetas, los forenses reclaman a los agentes federales las grabaciones de los distintos encuentros de la víctima.

Langston y Nick acuden a un restaurante de comida rápida en el que aparentemente se ha producido un robo con violencia. Cuando llegan al establecimiento, los forenses descubren el cuerpo sin vida de Bob Graham, gerente del local, con 42 dólares en la mano. Tras hallar unas extrañas marcas en el suelo que parecen indicar la existencia de una segunda víctima mortal, los investigadores constatan que dos empleados del restaurante se hallan en paradero desconocido. El esclarecimiento del caso se complica dado que la mayor parte de las pruebas del escenario están impregnadas con aceite de cocina. Posteriormente, el doctor Robbins constata que Graham falleció debido a un impacto craneal a alta velocidad.

Langston testifica en el juicio del asesinato de Amber Jones, una bailarina, en el que el principal acusado es el congresista Edward Griffin. Mientras Raymond es interrogado en el estrado por los letrados, Dominic Humphreys, uno de los testigos, se suicida de un disparo en el juzgado. El juez pide a los forenses que encuentren el arma del crimen y que procesen el escenario, al tiempo que ordena que el jurado sea trasladado a otro lugar. Hodges informa a Catherine que las fibras encontradas en el arma con el que Dominic se disparó no corresponden con ninguna de las prendas que llevaba el testigo. Además, Greg confirma que la pistola aparece registrada a nombre de Griffin y que es la misma arma con la que Amber fue asesinada.

Tres cuerpos han sido hallados en distintos escenarios: Shawn Hagan en un coche, Carsten Penington en un charco y Jena Macking en un motel. Aunque en un primer momento parecen ser casos diferentes, los forenses descubren que la víctima del coche y la del motel tenían la misma revista abierta por la misma página y que Carsten, un importante marchante de arte, es el hombre que aparecía en la publicación. Darcy Farell, la novia de Pennington, explica a Brass que ambos se encontraban en una fiesta cuando Jeffrey Luvon, uno de los clientes de su novio, le recriminó la venta de una obra falsa. Posteriormente, el C.S.I. descubren que Carsten estaba involucrado en el tráfico de reliquias robadas y que recientemente había retirado una fuerte suma de dinero de su cuenta corriente.

El día de su cumpleaños, Nick acude a un hotel familiar a recoger evidencias en la escena de un crimen, lugar que procesó anteriormente. La víctima es una joven con el pelo oscuro llamada Haley, a quien conoció en el mismo emplazamiento mientras estaba investigando un caso diferente. En aquella ocasión, Stokes intentaba esclarecer el asesinato de Dale Durney, un ex-convicto que tras salir de la cárcel escondió 10.000 dólares en el techo de su habitación. Ocho meses después de este suceso, el forense regresó al establecimiento hostelero para indagar sobre la violación de Bree Lindale, amiga de Haley. Tras ser informado de que Haley murió apuñalada, Nick está convencido de que los tres hechos guardan relación entre sí.

Los forenses acuden a un barrio donde se ha producido un violento tiroteo. Los testigos confirman al C.S.I. que un grupo de hombres atacó la casa de los Hatcher, donde golpearon a Priscilla Hatcher, su hijo Reggie y su sobrino Frankie. Poco después, Brass descubre que Marcus Garfield, uno de los sospechosos, acaba de morir en el hospital tras perder gran cantidad de sangre, al tiempo que constata que Aaron Sweets, miembro de la banda de Garfield, falleció en su coche poco antes del tiroteo. Mientras procesan el domicilio de Reggie, Riley y Langston descubren una puerta secreta, que oculta un laboratorio ilegal. Inesperadamente, Frankie sale de la oscuridad, amenaza a los investigadores con una pistola y les toma como rehenes mientras su primo Reggie, aún vivo, yace en el suelo con una hemorragia en el hombro.

Pierre Delongue, un amante del paracaidismo, disfruta de este deporte junto a dos amigos cuando tras tirar de la cuerda, su paracaídas se abre parcialmente y cae brutalmente sobre una cabaña. Dolorido pero aún con vida, el joven es asistido por el servicio de Urgencias y llevado al hospital. Tras llegar al escenario, el sheriff comenta a Nick y Riley que conoce personalmente al joven y que sospecha que alguien ha intentando asesinarlo. Mientras los forenses interrogan a Schuyler y Mink, los amigos del joven, Langston procesa el escenario, donde localiza el cadáver de un hombre atado con cuerdas. Tras efectuar la autopsia, Robbins concluye que la causa de la muerte fue un fuerte traumatismo craneal. Poco después, Nick examina el paracaídas de Delongue y descubre que fue manipulado para que no pudiera abrirse completamente.

Hodges acude a una convención de ciencia ficción, fantasía y anime, donde coincide con Wendy Simms, una compañera del C.S.I. Poco después, el grito de una mujer alerta a los forenses de una extraña muerte: la de Jonathan Danson, uno de los protagonistas de la serie de televisión Astro Quest: Redux. Brass llega al lugar, donde interroga a Melinda Carver, actriz del elenco del nuevo remake de la ficción televisiva. Tras visionar las imágenes de vídeo la noche en la que Jonathan falleció, Greg descubre que el actor estaba furioso al constatar que la nueva secuela no había logrado el respaldo de la audiencia, por lo que sospecha que uno de los espectadores descontentos puede ser el responsable de la muerte de Danson.

Jeremy Kent, un presidiario, explica a los miembros del Tribunal Supremo que hace 18 años el abogado de oficio encargado de su defensa conspiró contra él, por lo que no tuvo un juicio justo. Gracias a su argumentación, Kent, que estudió Derecho durante su encarcelamiento, logra que el tribunal le conceda un nuevo juicio sobre el asesinato de Thomas Harrot en 1991, el primer caso que Catherine investigó en solitario. Acompañada por Nick y Langston, Willows acude a la escena del crimen antes de testificar en el juzgado. Los forenses procesan las pruebas del caso con la tecnología actual descubriendo varias huellas de Jeremy. La investigación da un giro inesperado cuando Catherine y Langston encuentran en el jardín de un inmueble cercano al escenario el arma del crimen: un martillo.

El doctor Robbins recibe en el laboratorio los resultados del informe toxicológico de Brent Kelly, la tercera persona víctima de una extraña enfermedad. El patólogo forense pide a Catherine que acuda al domicilio del fallecido para descubrir la causa del deceso. Cuando la forense llega al lugar, Darla Kelly, la madre de Brent, muerde a Willows falleciendo poco después. Tras conseguir los historiales médicos de ambas víctimas, Nick descubre que Darla sufrió un episodio de gripe días antes de su fallecimiento. Posteriormente, Robbins y Langston constatan que la causa de las tres muertes es una rara modalidad de rabia humana. Dado que en el estado de Nevada no existe tratamiento para dicha patología, Raymond envía urgentemente a Catherine a un hospital especializado de Atlanta.

El C.S.I. acude a un bar en el que yace el cuerpo sin vida de un miembro de una banda de motoristas tras ser brutalmente asesinado. Uno de los principales sospechosos del crimen resulta ser un policía encubierto, que se había infiltrado en la banda para desarticular una importante red de tráfico de drogas. Asimismo, los investigadores centran sus sospechas en la esposa de la víctima, una mujer inestable que hace años mantuvo una relación amorosa con Jim Brass. Tras este descubrimiento, el detective se involucra personalmente en el caso mientras trata de exonerarla.