
La séptima temporada de Pesadilla en la cocina fue una de las más esperadas de su historia. Más de un año después, el 3 de octubre de 2019 el programa de Alberto Chicote regresaba a laSexta para hacer las delicias de los espectadores. Ya no causaba el mismo interés que las primeras entregas, pero seguía superando el millón de espectadores y continuaba siendo el formato estrella del canal secundario de Atresmedia
La nueva tanda de episodios de Pesadilla en la cocina venía cargada de historias surrealistas llenas de emoción, enfrentamientos con el conocido chef y muchos problemas que arreglar. Sin embargo, hubo una entrega que destacó por encima del resto ya que se trataba del primer y único, hasta la fecha, restaurante perteneciente a Badajoz: A la Parrilla, que Chicote renombró como Casa Cacenebo.

El 14 de noviembre de 2019 Pesadilla en la cocina emitió la entrega de A la Parrilla, un restaurante especializado en carnes ubicado plena zona vieja de Badajoz. Y no fue nada mal en audiencia. El episodio fue seguido por 1.328.000 de espectadores (9,0% de cuota de pantalla), pero lo que no esperaba el equipo de Chicote es que el dueño del negocio, Antonio Domínguez, cargase contra el programa.
"Es todo un poco teatro. La mayoría de las cosas es mentira, ellos tienen que hacer un programa para que tenga tirón, porque si sale todo bien no tendría gracia", explicó el propietario de A la Parrilla a El HuffPost. Domínguez comentó que no fue él quien se puso en contacto con el programa, más bien el equipo le llamó para ver si querían participar. No estaban mal, pero aceptó porque vio que "en las primeras temporadas se gastaban dinero en la reforma".
Dije, me van a poner un poco de tonto, pero si me arreglan el restaurante, pues bueno, dame pan y llámame tonto
Sin embargo, Domínguez no acabó "contento" con su experiencia. "Se han gastado cuatro duros, han hecho cuatro arreglos en una tarde-noche y todo muy mal: se está cayendo la mitad de las cosas, los remates fatal, las puertas no se abrían y es todo un poco desastre", afirmó el propietario al citado medio en noviembre de 2019, mes en el que se emitió el programa.
Las grabaciones tuvieron lugar a mediados de 2018 y se grabó de domingo a viernes. El primer día montaron todo, el lunes y el martes sirvieron con su carta, el miércoles hicieron la reforma, el jueves se lo enseñaron al dueño y le explicaron la nueva carta para el viernes dar el nuevo servicio con las mejoras. Domínguez explicó que todo lo que iba mal del primer servicio fue hecho aposta por parte del equipo.
"Le decía que hacían trampa, pero es que si no, no saldría el programa", comentó. El dueño contó que "le dicen a la gente lo que tienen que hacer, porque van y comen gratis". "Eran las 11.30, pero como es gratis, la gente se apuntaban a comer dos platos. Por ejemplo, te meten varias mesas de golpe para que no des pie con bola", explicó sobre el caos. "Es televisión y hay que hacerlo para la audiencia", sentenció.
Domínguez explicó al citado medio que hubo afluencia de clientes tras el paso de Pesadilla en la cocina, ya que la gente es curiosa por naturaleza. Algo que esperaba que sucediera después de la emisión del programa. Sin embargo, parece que no terminó de funcionar del todo bien. Como otros restaurantes del programa, la crisis del coronavirus hizo mella y tuvieron que acabar cerrando sus puertas.