Hubo una época en la que tener televisión en casa suponía sinónimo de riqueza. "La caja tonta", como muchos comenzaron a llamarla, llegó a España en 1956 con mucha expectación. No todos los hogares españoles podían permitirse aquel desembolso pero, poco a poco, se fue convirtiendo en un elemento imprescindible para cualquier familia. Reunirse frente al televisor para ver cualquier acontecimiento importante, o simplemente cenar, se convirtió en una rutina para millones de personas.
Una historia de casi siete décadas que quedó muy bien reflejada a lo largo de las 23 temporadas de Cuéntame como pasó. De hecho, la exitosa serie de RTVE comenzó con la familia Alcantará entusiasmada por la compra del televisor para ver el festival de Eurovisión -aquel que ganó Massiel-. Desde el primer capítulo, ambientado en 1968, este pequeño electrodoméstico fue elemento clave para contar la historia de nuestro país: desde la muerte de Franco hasta Antonio (Inmanol Arias) y Merche (Ana Duato) como concursantes del mítico Un, dos, tres... responda otra vez, pasando por la llegada del hombre a la luna.
Sin duda, la televisión ha sido pieza clave en los hogares españoles con el entretenimiento y la información como elementos fundamentales. Pero, con el paso del tiempo y los nuevos hábitos entre los jóvenes, el televisor ha pasado a un segundo plano. Algo que queda demostrado en el último informe de audiencias de Barlovento Comunicación, dónde se analiza el comportamiento de los espectadores durante el mes de febrero.
El informe de Barlovento no solo muestra que continúa la tendencia de la Generazión Z a alejarse de la televisión tradicional, si no que también directamente no encienden el televisor para otro tipo de consumo. Nada de utilizar la TV para ver series o películas de las plataformas de 'streaming', visualizar contenidos grabados o utiliarla para jugar.
Según el mencionado informe, los jóvenes entre 13 y 24 años consumen un total de 35 minutos por persona al día para "Otros Consumos Audiovisuales" mientras que la media general es de 54 minutos. Algo que sorprende ya que ocupan la segunda posición con menos tiempo frente al televisor para este tipo de consumo, solo superado por lo mayores de 75 años con 23 minutos.
Al fijarnos en la televisión tradicional, la Generazión Z consume 54 minutos por persona al día lo que supone un 8% menos que el mismo periodo de 2024 y le pone en el corte de edad que menos ve la TV. Según el informe, el espectador utiliza una media de 290 minutos por perona al día en ver cualquier los diferentes contenidos de la cadena generalistas. Y, como era de esperar, el corte de edad que más ve la televisión líneal son los mayores de 75 años con una media de 350 minutos.
Barlovento Comunicación
Esto supone que en general los jóvenes entre 13 y 24 años consumen televisión un total de 89 minutos por persona al día, un 6% menos que en el mismo periodo del año pasado. Por lo tanto, se convierten en el segmento de población por edad que menos ve la televisión al sumar la tradicional con otros consumos audiovisuales. De hecho, llega a ser cuatro veces menor que las generaciones que más la ven -373 minutos en mayores de 65 años-.
Con estos datos sobre la mesa, y a pesar de que La Revuelta confirmó que la televisión no estaba muerta, es probable que continúe la tendencia de la Generación Z a dejar de consumir contenido audiovisual a través del televisor y verlo a través de ordenadores, móviles o tablets. Y es que también hay que tener en cuenta que la mayoría de jóvenes de esta edad siguen viviendo con sus padres y en sus habitaciones no tienen TV por lo que utilizan de otros dispositivos para disfrutar del contenido.
Sin embargo, queda clara una cosa: el hábito de reunirse frente al televisor para disfrutar de algún programa, serie o película parece que cada vez se da con menor frecuencia en los hogares familiares.