17 años después todos seguimos usando esta mítica frase de un anuncio de higiene íntima: así ha cambiado su protagonista
Alicia P. Ferreirós
Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

"¿Pero cómo no me voy a reír? Si esh una fieshhta"

Ausonia

No todos los anuncios tienen la capacidad de calar con tanta fuerza en la gente que, pase el tiempo que pase, se sigan recordando con claridad absoluta, pero sin duda uno de los que rápidamente se nos viene a la mente cuando pensamos en spots publicitarios míticos es el que lanzó la marca de higiene íntima Ausonia en 2008. O más bien deberíamos decir directamente el del niño de "Esh una fieshta" para más señas.

Y es que, aunque el spot sea inolvidable, con el paso del tiempo fuimos muchos los que nos olvidamos del producto que se anunciaba en cuestión.

Recapitulemos. Una madre y su hijo charlan en el coche y él esta agobiado porque le han puesto aparato en los dientes y se siente inseguro porque todavía no puede pronunciar bien. Su madre intenta animarle comprensiva, mientras él pronunciaba la frase que pasaría a la historia: "¿Pero cómo no me voy a reír? Si es una fiesta".

La frase causó tanto furor que la seguimos recordando 17 años después, aunque lo que probablemente no sepas es que el protagonista del anuncio, Ilan Cuesta, era un niño argentino que entonces tenía unos 12 años y que no tenía ni idea del revuelo que se había causado en España con el anuncio que había grabado para Ausonia.

"Al principio no noté la repercusión, pero cuando pasó el tiempo, mis primos y mis tíos me lo empezaron a contar", explicaría Ilan Cuesta a 20minutos.es en 2020 sobre el anuncio que rodó en 2008. El spot se grabó en Argentina, aunque Cuesta tuvo que cambiar de acento para que pareciera que era español, pero en su entorno más cercano no tuvo tanta repercusión como aquí.

"Todos me decían que lo conocían y que se decía que me había suicidado"

Luego, descubrió no solo que el anuncio se había hecho muy popular, sino que se había hablado tanto del mismo que incluso había comenzado a circular un rumor de que el niño estaba sufriendo bullying en la vida real a consecuencia del spot y que incluso se había suicidado: "Empecé a notar la repercusión cuando viajaba y conocía a alguien de España y le preguntaba sobre el spot. Todos me decían que lo conocían y que se decía que me había suicidado. Al principio me hacía gracia y me lo tomaba con humor. Después, de mayor, pensé en decir que era yo el del anuncio, pero estaba viviendo en Buenos Aires y no tenía forma de decirlo y que se enterara todo el mundo".

Curiosamente, la vida le traería de vuelta a España en varias ocasiones más.

Aunque de joven hizo algunos anuncios, la vida de Ilan Cuesta, que ahora tiene 30 años, no ha seguido por el mismo camino. Durante un tiempo fue futbolista, e incluso llegó a jugar en el Granada, pero una lesión le alejó del deporte y dedicó sus estudios a la arquitectura, que es su profesión a día de hoy. La ejerce en la ciudad de Barcelona y, aunque hace un par de años no es especialmente activo en su cuenta de Instagram, en su perfil, además de su considerable cambio físico, vemos que no duda en recordar que es el joven del famoso anuncio.

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