El "mayor arrepentimiento" de Parker Schnabel no tiene nada que ver con 'La fiebre del oro': "No quedó constancia alguna"
María Garzón
María Garzón
-Redactora
No hay 'reality' que se le escape. Desde 'Gran Hermano' hasta 'Traitors España', pasando por 'La isla de las tentaciones' o 'Pesadilla en la cocina'.

Lo que más le pesa al exitoso minero es algo personal

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La fiebre del oro es uno de los programas estadounidenses con mayor éxito en todo el mundo. Esto se ve reflejado en el patrimonio de Parker Schnabel, que podría llevarse entre 25.000 y 35.000 dólares por capítulo, pero sigue siendo un joven humilde. El minero tiene claro en qué gastar "la mayor parte del dinero" que gana: nada de lujos y experiencias especiales compartidas con su entorno más cercano.

Según declaró en una entrevista a People, su familia es uno de sus pilares en su vida y les atribuye gran parte de su éxito. Desde pequeño, Parker Schnabel ha visto trabajar muy duro a sus padres por lo que tiene bien interiorizado la ética de trabajo. Algo que también vio en sus abuelos y que viene de sus antecesores.

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"Crecí en una familia en la que mi bisabuelo llegó a Alaska, mi abuela se unió a él en 1937, mi padre nació aquí y los tres se labraron una vida desde cero", explicó al citado medio. "Así que crecí rodeado de eso. Mi padre es una gran influencia en mi vida. Tiene 69 años. Todavía se levanta y va a trabajar todas las mañanas a las 4:30", añadió en la entrevista publicada el 22 de noviembre de 2024.

Reflexionando sobre sus mejores recuerdos de la infancia, Schnabel rememora un verano antes de estar en La fiebre del oro que pasó en la mina con su abuelo. "Me preparaba la cena todas las noches", menciona el exitoso minero. De esta forma, y como tantos hemos vivido de pequeños, él y su abuelo entablaban una conversación en la que le contaba historias del pasado.

"Cada noche nos sentábamos y él hablaba básicamente, tenía una memoria irreal, así que en el transcurso de tres meses, me dio una historia completa desde el primer recuerdo que podía recordar hasta el día de hoy", afirma Schnabel. "A veces era un año o dos años en una noche, y a veces tardaba una semana en pasar un par de días", añade.

Parker Schnabel afirma que "era una de las cosas más especiales" que ha vivido en sus más de 30 años. "Por desgracia, todo fue verbal, no quedó constancia de nada. Probablemente es uno de mis mayores arrepentimientos. Fue una época muy especial en la que él y yo nos hicimos muy amigos", sentenció el minero.

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