Drew era un experto en bienes raíces capaz de encontrar la casa perfecta para sus clientes. John era un contratista con licencia capaz de escuchar las necesidades de los demás y adaptar sus hogares. Los dos juntos encontraron un filón para ganar dinero cuando decidieron juntarse y crear Property Brothers, un programa de reformas que lleva en antena desde 2011 y que les ha convertido en los famosos 'gemelos de la televisión'.
Después de casi 15 años de experiencia, han logrado cambiar la vida de decenas de familias -con mejor o peor suerte- y, aunque sus programas se graban principalmente en Canadá y Estados Unidos, sus obras son conocidas en todo el mundo. En España, por ejemplo, gracias a que Mediaset compró los derechos y la emite en Divinity.
Ahora es la casa de uno de ellos, John, el que está en el punto de mira de todos. Mantiene una relación con Zooey Deschanel desde que se conocieron en un programa de Carpool Karaoke y, después de seis años de pareja y dos años de matrimonio, han abierto las puertas de su hogar al famoso medio de diseño de interiores y arquitectura Architectural Digest para mostrarles cómo es la decoración que ellos han elegido para su intimidad.
Un hogar cómodo para una pareja incómoda
Este apartamento de Nueva York es todo un despliegue de estampados, molduras y trabajos de carpintería, pero no es precisamente eso lo que más se está comentando en redes. Hay muchos usuarios a los que les ha llamado la atención las extrañas interacciones que parece haber entre ellos. "Me pareció que tenían una dinámica extrañamente forzada para dos personas en una relación que están acostumbradas a estar en cámara", dice uno de los comentarios en Reddit.
Y como lo bueno de internet es que detrás de la pantalla puedes encontrarte a gente de todo el mundo salió uno que parece conocerles personalmente y está totalmente de acuerdo con esa apreciación.
Le he atendido -a él, a sus hermanos y a sus padres- (industria hotelera) muchas veces y mis compañeros y yo nos referíamos a ellos como 'los cyborgs'. Literalmente sacábamos pajitas para ver quién era el que les servía. No porque fuesen malos -casi hubiese sido más fácil- sino porque la naturaleza robótica y forzada de la mesa era muy difícil de interpretar y gestionar. Teníamos mesas llenas de gente intentando pasar la mejor noche de su vida, y luego volvíamos a ellas y nos íbamos al terreno de "¿Me siento incómodo?"
Algo de esa personalidad ha quedado reflejado en la decoración porque muchos otros comentan que, a pesar de los esfuerzos de los adornos y de que claramente hay una buena mano detrás, todo parece extrañamente frío y poco acogedor.
En caso de que te lo estés preguntando, aunque Deschanel y Scott llevaban la batuta, la obra de su casa la ha llevado el contratista Artie Lange y el diseñador de interiores Young Huh.