Cuando uno piensa en el Un, dos, tres, a la cabeza se le viene su icónica presentadora, Mayra Gómez Kemp. Sin embargo, uno de los mayores premios que ha dado el programa no lo dio ella, sino su compañero, Jordi Estadella, el 23 de octubre de 1992, en el programa dedicado al Renacimiento. En esta ocasión, el premio estaba oculto en la carismática calabaza Ruperta, una de las mascotas que el programa ha tenido a lo largo de su historia.
Fue uno de los mayores premios de la historia de la televisión
Habitualmente, Ruperta escondía un premio un poco... chof. Pero esta vez no era así, al contrario. Los concursantes, una pareja llamada Jesús y Josefina -sí, por aquel entonces esos nombres se seguían poniendo- se llevó a casa, atención, un coche, un apartamento en la localidad costera de Javea en Valencia, un yate y, como colofón, un cheque de cinco millones de pesetas. Más o menos un día de Reyes habitual del hijo de Elon Musk.
Un regalo que, además, se entregó por partida doble, porque la pareja de 'sufridores', que permanecía en silencio viendo el programa a través de un monitor, sabiendo siempre qué regalos iba descartando la pareja que participaba en directo, y ganando lo mismo que ellos.
Le hemos preguntado a la IA cuánto serían hoy, con la inflación, 5 millones de pesetas de 1992, y la cifra no es nada sorprendente, unos 70.000€. Donde está el verdadero triunfo es en el apartamento en Javea. Hemos mirado en páginas de venta de inmuebles y, por ejemplo, un piso de 79 m2 tiene un precio de unos 430.000€. ¿Un yate pequeño? Entre 100.000€ y 500.000€. ¿Y el coche? En fin, entre una cosa y otra, podrían haberse llevado cerca del millón de euros.
Este ha sido el segundo mayor premio dado en la historia de la televisión en España, solo superado por el entregado en el programa de Antena 3 ¡Boom!. En ese capítulo, el legendario equipo de Los Lobos se llevó a casa, atención, la escalofriante -en el buen sentido- cifra de 4.130.000 euros. Una autentica barbaridad, porque a cada uno le correspondían más de 1 millón por cabeza, antes de impuestos.
Otros grandes premios de la historia de la televisión: El precio justo entregó a un concursante un escaparate valorado en casi 40 millones de pesetas; 50 millones de pesetas ganó Enrique Chicote en ¿Quién quiere ser millonario?