Lena Dunham, o mejor dicho, su personaje de Hannah Horvath en Girls, o las dos, porque bueno, si la has visto ya sabes a lo que me refiero, decía que ella era la voz de su generación. Y se quedaba tan tranquila. No sé si diría eso de Zendaya, ya que su profesión es otra, pero sin duda se trata de una de las actrices del momento y además es sobresaliente en muchos otros aspectos. Es mocatriz, pero de las buenas, ese término tan divertido que aquí funciona muy bien para el mamarracheo pero que no puede ser más idóneo para la cultura estadounidense.
El momento de 'Dune 2' que descoloca: Los 6 segundos de tráiler que han desatado todo tipo de teoríasLa ganadora al Emmy, en cuya última gala vivió un momento con Selena Gómez que revolucionó a sus fans, en la categoría de Mejor Actriz Principal en dos ocasiones por su papel en Euphoria tiene o es el "full package", como dirían precisamente los angloparlantes. Además de ser actriz es cantante, como demostró desde sus comienzos en Disney Channel y más recientemente subiéndose al escenario del Festival de Coachella de la mano de Labrinth, el artista detrás de la canción Still don't know my name, uno de los temas de la icónica serie de HBO Max.
Por si eso fuera poco, son muchas las marcas relacionadas con el mundo de la moda y la belleza que cuentan con ella como embajadora y la última en subirse a este carro rodeado además de su pizquita de polémica ha sido Louis Vuitton.
La actriz iba desde hace unos años, aunque no 100% en exclusiva pero sí de forma evidente, de la mano de Valentino, una casa de moda clásica italiana a la que se identifica con el color rojo y que en las últimas temporadas está funcionando genial bajo la batuta creativa de Pierpaolo Piccioli. Tanto que el director colaboró con Pantone para crear su propio color, el Pink PP, que fue un triunfo total que saltó de las colecciones de pasarela a las propuestas de las tiendas más accesibles arrasando.
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Tras unos años de oscuridad en cuanto por el empuje del minimalismo, talleres como el de Valentino trajeron de nuevo el color, los volúmenes y texturas a las semanas de la moda consiguiendo destacar entre la multitud y Zendaya estaba bellísima, porque lo es, con todo ello.
Esperarla en una alfombra roja era sinónimo de emoción, porque sabías que su look iba a ser rompedor y arriesgado y aún así conseguiría ser de las mejores, o la mejor, vestidas. ¿Pero qué pasa ahora con Louis Vuitton? Pues la "maison francesa", de la que también es imagen Ana de Armas, que acaba de confesar que tras dos pelis odiándose con Chris Evans por fin se besan en su último trabajo juntos, tiene una estética que está en las antípodas de la italiana y por eso los fans de Zendaya temen que esta pierda su esencia y personalidad en la alfombra roja.
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Por si fuera poco, el estilista que se ha encargado de acompañar a la intérprete desde hace 11 años, Law Roach, anunció vía Instagram hace unas semanas que dejaba su trabajo, afectando así a toda su cartera de clientes. Además, se vio envuelto en una extraña polémica-no polémica precisamente en el último desfile de Louis Vuitton, ya que tanto él como Zendaya llegaron tarde y no pudieron reservarle su sitio en primera fila junto a la actriz, por lo que decidió no sentarse para no ocupar tampoco el sitio de otra persona. Todo esto se sacó de contexto muy oportunamente y como se dice popularmente, se juntó el hambre con las ganas de comer.
Sin duda, no podemos predecir cómo serán las próximas apariciones en cuestión de estilo de Zendaya, pero sí que sabemos que vamos a echar mucho de menos la presencia de Law Roach, artífice de looks tan memorables de la actriz como su homenaje a Juana de Arco de 2018 en la Gala Met vestida de Versace.
