Una de las preguntas que más se le repite a un niño es ‘¿Qué vas a hacer de mayor?' Como si a esas edades tempranas supiéramos algo de nosotros mismos. Como si todos naciéramos en las mismas condiciones sociales y económicas. Astronauta, veterinario, bombero. Como si no hubiese diferencia entre nacer en un pueblo de la Granada rural o hacerlo en Madrid capital.
Realismo mágico en Vega de Granada
Secaderos, la insólita propuesta de la cineasta Rocío Mesa, indagan en la cuestión de la identidad (femenina) a través de dos mujeres muy jóvenes, aunque una lo sea más que la otra. Y propone dos caminos inversos por los que transcurre su enseñanza: una vive en Madrid y viaja hasta Vega de Granada para visitar a sus abuelos; la otra, una joven que comienza a sentir que este pueblo se le queda pequeño, que sus barrotes le aprisionan la carne y la puerta de la jaula que la encierra parece que está abierta, pero aún no puede atravesarla.
Y todo ello bajo un prisma fantástico. La más joven, junto a los niños del pueblo, asisten asombrados a la visión de una criatura enigmática, que derrocha ternura y curiosidad, construida a partir de las hojas de tabaco que se secan al sol en esos ‘secaderos’ a los que da nombre la película. Una profesión en peligro, como lo es la propia vida en el pueblo, en el que el sol deshidrata la materia prima. Como lo hace con la propia carne de sus habitantes. En los ancianos es más evidente y es el símbolo de una vida de sacrificio. En la más joven aún no.
Ese anhelo por descubrir lo que una quiere ser está muy bien ejemplificado en el clip que SensaCine te ofrece a continuación y en el que, además, se revela la criatura mágica de la película. Un diálogo repleto de verdad, ejecutado con una pasmosa naturalidad por dos actores no profesionales (como lo es prácticamente el elenco entero de la película a excepción de Tamara Árias (La chica invisible) y en los que, milagro, se habla andaluz.
Secaderos, cuyo estreno tendrá lugar el 2 de junio en cines de toda España, se inscribe en esa ‘vuelta a los orígenes’ que proponen películas recientes como Alcarrás o El Agua, pero abrazando el realismo mágico. Una propuesta singular, atractiva y con acento andaluz.