No es un secreto que James Cameron, el aclamado cineasta detrás de películas tan míticas como Titanic, Avatar, Aliens, el Regreso o la saga Terminator, siente auténtica devoción por el universo submarino. De hecho, fue su fascinación por los naufragios lo que precisamente le llevó a ponerse manos a la obra con la famosa película sobre el hundimiento del transatlántico paradójicamente apodado como "El Insumergible" y él mismo ha reconocido que, más que producir el propio largometraje, lo que verdaderamente le motivó fue la posibilidad de poder viajar a ver sus restos en el fondo del océano.
Para sacar adelante la que durante dos décadas, hasta el estreno de Avatar en 2009, sería la película más taquillera de todos los tiempos, Cameron se sumergió de lleno en la historia del trágico naufragio durante meses y logró hacer de Titanic un auténtico desfile de realismo y detalles y anécdotas sacados directamente de lo que ocurrió en realidad. Sin ir más lejos, cuando un científico se dio cuenta de que el cielo que se veía en un par de planos de la película no era el mismo que se hubiera visto en esa latitud el 15 de abril de 1912 a las 4:20 de la mañana, James Cameron se puso manos a la obra para corregir el error.
Sin embargo, a pesar del perfeccionismo incuestionable de James Cameron, la película tiene algunos pequeñísimos errores y, al servicio de su historia central, que no deja de ser el romance de Jack y Rose, también deja pasar por alto algunas de las anécdotas y hechos reales que se conocen sobre el famoso barco y su viaje inaugural. Uno de ellos son los cachorros que se sabe que viajaban a bordo en el transatlántico. En concreto 12 cachorros.
Según el Museo Nacional de Liverpool, a bordo del RMS Titanic viajaban un total de doce pequeños cachorros, aunque es fácil suponer que en el famoso barco hundido viajarían más perros. Sin embargo, dado que para que las mascotas viajasen en el barco había que pagarles un pasaje, como si de sus hijos se tratase, la mayoría de estos perritos viajaban en primera clase. Sobre el destino que les deparó a los perros del Titanic, los hechos que han podido constatarse revelan que solo tres cachorros sobrevivieron al naufragio, pudiendo subir a los botes salvavidas envueltos en mantas por sus dueños para que pareciesen bebés.
Y no, James Cameron no se olvidó de los cachorros. De hecho, en la película hay una escena con la que buscaba rendirles un tierno homenaje a los amigos caninos que perecieron en el mar: Cuando al comienzo de la película la versión ya anciana de Rose (Gloria Stuart) llega con su nieta al sitio de investigación que examina los restos del Titanic, lo hace sosteniendo un precioso Pomerania. Y aunque casi nadie se dio cuenta de la razón, el detalle buscaba ser una pequeña referencia y ser un pequeño homenaje. Casualmente, de los tres perros que sobrevivieron, tres eran de la raza Pomerania.
20th Century Fox
Además, según se ha sabido con el tiempo, James Cameron también se planteó introducir una secuencia en la película en la que John Jacob Astor (Eric Braeden), el hombre más rico a bordo, movía cielo y tierra para conseguir mantener con vida a su mascota, un perro llamado Kitty, una vez el futuro del barco estaba sentenciado. Una anécdota que ocurrió en realidad, pero que, desafortunadamente no tuvo un final feliz.
Otro de los detalles que se han reportado sobre los perros que viajaban en el Titanic es que, en un momento dado, fueron soltados, lo que añadió un poco más de caos a la ya de por sí caótica situación. Nada de esto aparece en la película, pero con la pequeña anécdota del Pomerania al menos sabemos que, en definitiva, James Cameron no se olvidó de los perros.
