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    El error en este clásico de Disney que sería un gazapo imperdonable en una película de acción real
    Randy Meeks
    Randy Meeks
    -Redactor de cine y series
    Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

    Pongo, Perdita y el sombrero que aparece

    En 1959, tras el sonoro fracaso en taquilla de La Bella Durmiente, Walt Disney en persona dijo que nunca volverían a hacer una película de animación. Eran demasiado caras y el resultado no estaba siendo el esperado, al fin y al cabo. Todos sabemos que la amenaza no llegó a cumplirse, pero en parte fue gracias a una pequeña cinta que el propio Walt odiaba: 101 dálmatas. Y es que el estilo visual de la cinta le parecía tan alejado de las películas de fantasía que había hecho en su día (lo era: se utilizó una moderna técnica de Xerox para fotografiar cada plano eliminando el proceso de entintado) que acabó odiando a Ken Anderson, su director de animación.

    101 dálmatas
    101 dálmatas
    Fecha de estreno 21 de septiembre de 1961 | 1h 19min
    Dirigida por Clyde Geronimi, Hamilton Luske, Wolfgang Reitherman
    Con Lisa Davis, Ben Wright, Rod Taylor
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    3,9
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    101 desgracias

    Sin embargo, la tecnología de Xerox le permitió terminar la película por la mitad de dinero, y cinco años después, en la última visita de Walt al estudio antes de morir, simplemente le dijo "¿Sabes esa cosa que hiciste en 101 Dálmatas?", en una frase sin final. Ken supo que le había perdonado. No podía ser de otra forma: en todos sus reestrenos constantes, la película ha recaudado más de 300 millones (teniendo en cuenta la inflación, unos 900 millones) y ha hecho explotar una franquicia propia.

    Sin embargo, por mucho Xerox que se usara, hubo un error que nadie pudo predecir y que en una película de acción real sería motivo de mofa absoluta: el sombrero de Roger que aparece de nuevo de la nada. Fijaos bien: Pongo lo pone en el banco, le arrastra... Y después vuelve a tenerlo en la cabeza. Hay quien cree que en los dos segundos que está fuera de plano le ha dado tiempo a ir al banco a cogerlo de nuevo, pero, francamente, parece estirarse demasiado.

    Aunque para estiramiento, el de la saga 101 dálmatas, que desde 1996 se expandió de todas las maneras posibles, culminando en una paradoja de la que soy muy fan: 101 dálmatas (más vivos que nunca) tuvo su propia secuela, 102 dálmatas, pero no tiene nada que ver con 101 dálmatas 2, que es la secuela directa a vídeo de la película animada. Además, tuvo dos series de televisión y, por supuesto, Cruella (y su futura segunda parte). Toda una camada de adaptaciones.

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