Christopher Nolan y Denis Villeneuve tienen el honor de ser dos de los grandes cineastas de nuestro tiempo y, además, ambos están pasando actualmente por un momento excepcional en sus respectivas carreras. Mientras el director de Oppenheimer acaba de ganar su primer Oscar a Mejor director y su película arrasó en la pasada edición de los premios de la Academia de Hollywood, Villeneuve ha conseguido superarse a sí mismo con la segunda parte de su nueva versión de Dune, Dune: Parte dos, que ha resultado ser aún mejor que la primera y, de momento, tiene el honor de ser la película más taquillera de 2024.
No es ningún secreto que ambos directores se admiran mucho mutuamente, puesto que así lo han expresado ellos mismos elogiando el resultado de sus últimos trabajos. De igual modo, los dos han demostrado tener un gran talento a la hora de desenvolverse con el género de la ciencia ficción, aportando visiones completamente innovadoras y poniendo a su servicio los avances tecnológicos con resultados realmente brillantes.
Lo que no muchos saben es que, hace años, Nolan y Villeneuve llegaron a ideas similares y de forma completamente independiente cuando desarrollaban dos de sus más famosas películas de ciencia ficción: Christopher Nolan recién había estrenado Interstellar y Denis Villeneuve terminaba de pulir La llegada.
Según contó uno de los guionistas de La llegada, Eric Heisserer, en declaraciones a Collider, la película de Nolan fue la razón por la que tuvieron que cambiar el final de la cinta de extraterrestres.
En el final de La llegada que vimos, Louise Banks (Amy Adams) publica un libro, El idioma universal, que sirve como guía para aprender la lengua de de los heptapods y, justo antes de los créditos, vemos en una secuencia de escenas entrelazadas cómo ella percibe el tiempo como un bucle en lugar de una línea tras haber aprendido el idioma alienígena. Banks ve cómo su pasado, presente y futuro están inextricablemente interconectados y cómo sus tragedias futuras, incluida la muerte de su hija y su separación de Donnelly, son inevitables. Asimismo, el final de la película mantiene los motivos de los heptapods en misterio y solo revela que la razón por la que enseñaron a los humanos su idioma es porque necesitarían su ayuda después de 3000 años.
Sin embargo, la idea inicial era diferente: según Heisserer, querían que los heptapods dejasen a los humanos los planos para fabricar una nave interestelar, pero cambiaron de idea al ver la película de Nolan.
El único cambio realmente significativo es el regalo que nos dejan los heptápodos. En versiones anteriores, dejaban una especie de planos para una nave interestelar, como una especie de arca. Y luego salió 'Interstellar' de Chris Nolan y todos nos reunimos y dijimos: 'Bueno, esto ya no funciona'.
"Así que nos concentramos más en lo que teníamos frente a nosotros, que era el poder de su lenguaje", explicaba.
En la película Interstellar, las acciones de los humanos del futuro fueron los responsables de que finalmente se pudiera resolver la ecuación que en última instancia permitiría a los humanos salvarse de su inevitable final. Así dado dado que Interstellar plantea que los humanos del futuro proporcionaron el modelo de una nave interestelar para los humanos actuales, el equipo de la cinta de Villeneuve se dio cuenta rápidamente de las similitudes y abogaron por el cambio.
Ahora, sin embargo, nos es imposible pensar en La llegada de otra manera.
