Nicole Kidman vivió ayer quizás una de las grandes noches de su vida. Después de una carrera impecable en el mundo de la actuación tras haber llegado a ganar un Oscar, un Globo de Oro, un BAFTA y varios premios Emmy, la intérprete recibió el galardón AFI Life Achievement Award que entrega el American Film Institute.
Para tal cita, la actriz estuvo acompañada prácticamente por toda su familiar más cercana. De hecho, ha sido la ocasión escogida para que las hijas que comparte con su marido, el cantante Keith Urban, debutasen en una alfombra roja. Sunday Rose tiene 15 años y Faith Margaret 13. Y sí, se parecen muchísimo a su madre, en especial la más pequeña.
Al evento también acudieron la periodista y hermana de Nicole Kidman, Antonia Kidman, la pareja de esta y sus hijos. Sin embargo, y a pesar de estar arropada por toda su familia, hubo dos grandes ausencias en el acto: la de los hijos adoptivos que la intérprete tiene con Tom Cruise y con los que mantiene una relación que se podría calificar de distante. De hecho, se dice, se comenta, que Bella, la joven de 30 años, lleva sin cruzar palabra con su madre desde hace 10 años.
Todo este supuesto drama familiar comenzó en 2001, cuando tras 11 años de matrimonio la pareja formada por dos de los actores más importantes de los 90 tocó a su fin, dejándonos unas imágenes icónicas de Nicole Kidman al salir de firmar el divorcio. Según comenta el Daily Mail, lo que desencadenó los problemas que desembocaron en esta ruptura fue la presencia de Cruise en la Iglesia de la Cienciología, algo con lo que Kidman parecía no estar demasiado de acuerdo.
Cuando decidieron tomar caminos separados, Bella y Connor, los hijos adoptivos de ambos, decidieron mantenerse leales a su padre y seguir viviendo junto a él. Después de eso los paparazzi siguieron captando en diferentes actos públicos a los chicos con su madre, pero la última foto de la que se tiene constancia de la actriz con ellos es de 2007, es decir, de hace 17 años.
Bella, que reside en Londres, se casó en 2015 y Nicole Kidman, que por aquel entonces se encontraba en la capital británica trabajando sobre las tablas en el famoso barrio del West End, ni siquiera estuvo invitada a la boda. El año antes ni ella ni su hermano asistieron al funeral de su abuelo, el padre de la intérprete.
De acuerdo al diario sensacionalista, en 2007 Nicole comentó que sus hijos habían dejado de llamarla mamá: "Mis hijos no me dicen mamá. Ni siquiera madre. Me llaman Nicole, algo que odio y por lo que los regaño".
Con el paso de los años, en 2018 cuando ganó el Globo de Oro por su papel en Big Little Lies, aprovechó su discurso para agradecer el apoyo de su marido y las hijas que tiene con Keith Urban, sin embargo no hubo palabras para Connor ni Bella. No obstante, ese mismo año aseguró que su trabajo como madre era querer a sus hijos sin importar el qué.
Connor, que se dio el "sí, quiero" con otra chica perteneciente a los altos escalafones de la Cienciología, vetó a su madre de la boda, aunque el Daily Mail señala que fue Tom Cruise el instigador de esta decisión.
Sea como fuere, a pesar de que sus hijos, muy discretos con los medios, han comentado alguna que otra vez que la relación con su madre es buena, no hay pruebas de ello. A saber todo lo que se le pasaría a la actriz la pasada noche por la cabeza...
