De piedra. Takashi Miike nos ha dejado de piedra. Y es que, ¿quién nos iba a decir que el director más oligofrénico de la última década iba a ser el rey del clasicismo en Sitges 2010? (aunque, fiel a su manera de hacer películas en formato churrería, también tienen en el festival la segunda parte de 'Zebraman'). Pues así ha sido, '13 assassins (Jûsan-nin no shikaku)' es una historia de samuráis que homenajea al clasicismo de maestros como Akira Kurosawa -la cita a 'Los siete samuráis (Shichinin no samurai)' es insalvable- o Kon Ichikawa, en una película sublime donde tras la presentación de los personajes y el nudo dramático acaba desbocándose en un clímax de sesenta minutos que se corona como una de las escenas de acción más alucinantes de los últimos tiempos. La historia gira alrededor de la intención de 13 samuráis dispuestos a derrocar a un sádico aspirante a Sogun respaldado por doscientos hombres armados. Épica, lírica y un porrón de cabezas cercenadas en uno de los títulos más importantes del año. Increíble Miike.
De 'Outrage (Autoreiji)' ya hablamos el pasado festival de Cannes. Se trata del regreso de Takeshi Kitano por sus foros violentos, alejado de los experimentos metacinematográficos que han poblado su filmografía el último lustro. Aquí Kitano vuelve a poner su careto hierático delante y detrás de la pantalla para enarbolar un ciclón de asesinatos de la yakuza que parte de la comedia para acabar en violencia supina y viceversa. Con un puñado de momentos memorables -grandes aplausos para el momento en que un hombre se intenta cortar el dedo con un cúter- y su habitual sentido del ritmo (pausado) y el montaje (elipsis como guillotinas), 'Outrage (Autoreiji)' se convierte en una fiesta cinematográfica que el agradecido público de Sitges ha aplaudido a rabiar.
Y ahora una locura. Se titula 'Dream home (Wai dor lei ah yut ho)' y, sobre el papel, podría ser una película de Fernando León de Aranoa en clave gore. Me explico: la protagonista de esta cinta hongkonesa es una mujer obsesionada con conseguir un piso que, como siempre pasa en estos casos, está lejos de sus posibilidades económicas. ¿Solución? Pues ni corta ni perezosa se dedica a asesinar de la forma más bizarra posible a los vecinos que habitan en el edificio. Aquí es cuando se abre el catálogo de locuras: embarazadas asfixiadas con una aspiradora, mutilación genital en pleno coito, vaciado de intestinos de un drug dealer... y todo aquello que se le pasa por la cabeza a Ho-Cheung Pang, director del asunto. Como se puede entrever, estamos hablando de una película muy divertida no apta para gente con el colon irritable.
Música de fondo: McEnroe
Alejandro G.Calvo
