Mi cuenta
    'Cuando te encuentre': Entrevista con Zac Efron

    SensaCine viaja a Londres a entrevistar en exclusiva a Zac Efron, flamante protagonista de 'Cuando te encuentre' (en cines el 25 de mayo), el último best seller llevado a la gran pantalla del escritor Nicholas Sparks.

    Se nota que a Zac Efron le preocupa la recepción que pueda tener 'Cuando te encuentre (The Lucky One)'. Es su gran salto -junto a 'The Paperboy' de Lee Daniels'- a la liga de los mayores, un papel que debería hacer que la gente deje de encasillarlo de una vez como el joven y guapo bailarín de 'High School Musical' y empiecen a valorarlo como un actor más versátil y maduro. Para cubrir dicha apuesta Zac ha escogido un valor seguro: el best-seller (otro más) del escritor Nicholas Sparks "The lucky one", autor de los exitosos libros que dieron pie a películas como 'El diario de Noa (The Notebook)', 'Mensaje en una botella (Message in a Bottle)' o 'Noches de tormenta (Nights in Rodanthe)'; en la película el actor da vida a un marine de los EE.UU. en busca de la mujer (a la que da vida la actriz Taylor Schilling) que aparece en una foto que encontró cuando se encontraba en Irak (y que presuntamente le dio suerte: de ahí el título original de la obra).

    Arrancamos la entrevista con retraso: Zac ha sufrido un percance desayunando y cuando finalmente aparece, lo hace con un aparatoso vendaje en su muñeca derecha. "No es grave", asegura sonriendo, "es sólo un pequeño corte de nada, pero te puedes hacer a la idea de lo exagerados que son mis asistentes". Visiblemente más delgado que en la película, antes de encender la grabadora Zac me comenta que ha perdido cinco kilos desde que finalizó el rodaje, puesto que debió ganar mucho peso para dar vida a Logan, su personaje en 'Cuando te encuentre (The Lucky One)'.

    He leído que para prepararte el personaje tuviste que comer como unas seis mil calorías al día…

    Hubo algunos días, que fueron los más duros, donde sí alcancé esa cifra. Pero por lo general comía alrededor de cuatro mil calorías.

    ¿Te costó mucho esfuerzo?

    ¿Sinceramente? Ha sido de lo más difícil que he hecho nunca. ¡Sé que puede parecer estúpido! Pero créeme: ingerir tantas calorías implica que debes comer, ya tengas hambre o no. ¿Sabes eso momentos en que estás lleno? ¿En el que es imposible seguir comiendo nada o te vas a poner a vomitar? Pues bien, yo los rebasaba a base de espaguetis. Entonces pasaba una hora… ¡y tenía que volver a comer! Fue horrible, estuve cuatro meses sin poder recuperar el apetito.

    ¿Cómo ha sido la transición hacia el cine adulto? ¿Te sientes realizado?

    ¡Jamás! Alguien realizado es alguien que ya ha alcanzado lo que quería, yo más bien me siento ansioso por seguir creciendo, por seguir probando cosas nuevas. Y no creas que es fácil, yo trato de encontrar papeles que realmente molen y eso puede ser algo complicado porque los Estudios suelen desarrollar sus películas sobre unos patrones algo estandarizados. Trato de buscar esa película que a mí me gustaría ir a ver al cine y que además me haga crecer como artista. Me gusta aceptar desafíos para así poder sorprender a la gente. Tras 'High School Musical' muchos de los papeles que me ofrecían se parecían demasiado a lo que ya había hecho, así que antes de lanzarme a rodar sin pensar, decidí parar un segundo y plantearme con qué directores me apetecía trabajar. No quería conformarme, quería seguir creciendo y si, por ejemplo, para ello debía bajar mi caché como actor y cobrar menos, adelante con ello. La suerte que tengo es que sí me surgen proyectos interesantes, como cuando me llegó la oferta de 'Cuando te encuentre (The Lucky One)', sin duda uno de los mejores papeles que me han ofrecido nunca.

    ¿Qué es lo que más te cautivó del guión cuando lo leíste?

    La historia de amor. Sin duda. Es de una belleza incomparable. Además era una película que sentía que podía gustar a mis fans, y yo me tomo muy en serio a toda la gente que me ha estado siguiendo y apoyando desde mis inicios. Sin ellos no sería lo que soy. También creo que ellos han crecido conmigo, puesto que ahora deben tener seis años más, así que también el modelo de películas en los que participo debía cambiar. Además me apetecía trabajar con Scott Hicks, sin duda, uno de los mejores directores con los que he trabajado nunca.

    ¿Trabajaste con marines para preparar tu personaje?

    Sí, era algo obligado. Desde el principio tuve claro que debía interpretar mi personaje con el máximo de honor posible, era la única manera de hacerlo. Guardo máximo respeto por todos los soldados que han estado en Oriente Medio, espero haber estado a la altura que ellos se merecen con mi interpretación. Hablo totalmente en serio: admiro mucho el trabajo de los marines.  Ellos son nuestros héroes reales y de eso me di cuenta tras convivir con ellos. Sé que para ellos sólo era un chico de Hollywood preparándose un papel, pero yo lo viví como una experiencia trascendental. Y, ojo, muchas de las historias que nos contaron aparecen en la película, de hecho, hasta los invitamos a la première de la película en Los Angeles.

    Entonces… ¿Podrías haber sido soldado si no hubieras triunfado como actor?

    No creo. Hay una parte de mí que quiere decir que sí. Pero he de ser realista: sólo el entrenamiento básico para ser marine es lo más intenso y agotador, físicamente hablando, que he visto en mi vida. Se trata de renovar los límites que posee tu cuerpo, llegar aún más allá. Es muy duro, no te creas lo que ves en las películas.

    ¿Tú lo hiciste?

    Ni de coña. No creo que lo cubriera el seguro médico de los actores. Me habría muerto. Mi entrenamiento fue más suave.

    ¿Y qué prefieres rodar las escenas de guerra o las escenas románticas?

    Las escenas digamos, románticas, no son tan difíciles de rodar, simplemente tienes que dejarte llevar. Luego la cosa se vuelva algo apasionada, el corazón se te atropella un poco, así que, para qué negarlo, es divertido, aunque siempre sabes que no se trata más que de un juego. En las escenas de guerra por el contrario la adrenalina se te dispara, te suena la alarma del vértigo. De hecho hubo una escena en que prácticamente me desmayé, es esa en la que explota un edificio, para mí pasó en dos segundos cuando en realidad llevo casi dos minutos. Así que se puede decir que perdí un poco la consciencia.

    Toda esta evolución como actor te ha llevado también a estar en Cannes este año con 'The paperboy'.

    ¡Es tremendo! Casi no puedo ni creérmelo. ¿Yo en Cannes? Recuerdo cómo empezó todo: en el asiento trasero de la furgoneta de mi madre repitiendo los diálogos de 'One Tree Hill (One Tree Hill)'. Y ahora, mírame, ¡estoy en Cannes!

    ¿No te habían invitado nunca?

    (Risas) Qué va.

    ¿Qué es lo que haces cuando no estás trabajando?

    Adoro viajar, dejarme llevar. Viajar a Argentina, a Nueva Zelanda. Mi padre también fue un intrépido viajero, sólo él y su maleta.

    ¿Y no sientes la presión social de ser reconocido por la calle?

    Te sorprendería lo fácil que resulta infiltrarse entre la gente sin que te reconozcan. Hace poco estuve paseando por Londres tranquilamente, sin que nadie me parara o me reconociera. Aunque en estos casos evito coger el metro no sea que me vea atrapado sin salida (risas). De pequeño me impresionó mucho 'Ghost (Más allá del amor) (Ghost)'…

    Una última pregunta: En la película luces en todos los planos una perfecta barba de tres días. ¿Cómo lo hiciste?

    (Risas) No es ningún secreto: hay gente que te rasura la barba cada mañana. Es la parte fácil de ser actor.

    Cuando te encuentre

    Alejandro G.Calvo - Londres 23/04/2012

    FBwhatsapp facebook Tweet
    Comentarios
    Back to Top