Ser el nuevo Bruce Wayne supone muchos retos. La presión por contentar a los fans es alta, siempre va a haber una comparación con las versiones anteriores, hay que dotar de personalidad propia a uno de los héroes más famosos del mundo... Y, además, tienes que aprender a interpretar sin cejas. Eso es lo que ha destacado Robert Pattinson en su visita como invitado a El Hormiguero cuando Pablo Motos le ha preguntado cómo era actuar con una máscara encima del rostro. En The Batman se ha encontrado con un desafío que no esperaba.
[La máscara] es algo a lo que uno tarda mucho en acostumbrarse porque, por ejemplo, estás acostumbrado a usar las cejas. Parece raro, pero no te das cuenta de lo importante que son las cejas para la expresividad hasta que no se te ven
El director, Matt Reeves, lo tenía todo controlado y se hizo con el mejor equipo de profesionales para este tipo de problemas. Pattinson reconoce que la ausencia de cejas ha dado igual gracias a la labor de su director de fotografía, Greig Fraser. "Nos explicó cómo iba a iluminar para que se viera la luz en los ojos. Está tan bien rodado que, con muy poco, puedes tener mucho impacto. Pero es verdad que ha sido más complicado de lo que yo me había imaginado", asegura el actor.
Su compañera de aventuras es Zoë Kravitz, quien interpreta a Selina Kyle -también conocida como Catwoman-. Ella también tuvo que superar un obstáculo inesperado. En su caso, las uñas que llevaba su personaje fueron un auténtico quebradero de cabeza que le impedían enviar mensajes bien, lavarse la cara sin peligro, quitarse el traje... Todo estaba condicionado por esas prótesis larguísimas que llevaba en los dedos.
"[Lo de las uñas súper largas] fue mi idea y pensé que era una idea buenísima hasta que me di cuenta de que iba a tener que vivir con ellas un año", asegura Kravitz entre risas, "Te complica todo muchísimo. No podía abrir nada, lavarme la cara era peligrosísimo porque me podía sacar un ojo en cualquier momento. La verdad es que me compliqué mucho la vida".
Las uñas no ayudaron nada a llevar mejor su traje de superheroína. "La verdad es que [mi traje] era complicadísimo. Me hacía falta un montón de gente para ponérmelo y quitármelo. Va súper ajustado y, además, llevaba las uñas larguísimas, entonces era dificilísimo manejarse. Se rompía, se desgarraba... En la película parece fácil, pero no", señala Kravitz.
El traje de Pattinson no era mucho mejor. Tenía tal envergadura que suponía todo un reto andar por lugares estrechos y, por supuesto, le complicaba mucho el tema de ir al baño. "Lo único complicado es cuando te tienes que meter por un pasillo estrecho. Puedes entrar pero no te puedes dar la vuelta. Si vas al baño es muy complicado... Tenías que entrar ya de espaldas", asegura Pattinson mientras se ríe.
Unos retos que, afortunadamente, pudieron superar para hacer una de las películas más esperadas del año. The Batman llega a los cines españoles el 4 de marzo.
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