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    Cannes Día 7: Alex Garland arrasa con todo con su cinta de terror 'Men'
    Alejandro G. Calvo
    Alejandro G. Calvo
    -Director de SensaCine
    De sangre soriana, nacido en Barcelona en 1978, y residente en Madrid. Crítico de cine desde la adolescencia, llevo 25 años escribiendo sobre películas. Ahora, principalmente, hago videos para el canal de YouTube de SensaCine donde la serie "Cine A Quemarropa" es uno de los mayores hits en la red.

    Películas comentadas hoy: 'Men' de Alex Garland, 'Decision to Leave' de Park Chan-wook y 'Holy Spider' de Ali Abbasi.

    Estaba claro que la llegada a Cannes de Alex Garland -corrección ya de inicio: él no ha venido, que está rodando Civil War con Kirsten Dunst, en su lugar ha mandado un video presentando la película: los que sí han venido son sus dos entregados e increíbles actores, Jessie Buckley y Rory Kinnear- iba a suponer un pequeño terremoto en el certamen. Se presentaba Men en la Quincena de Realizadores fuera de concurso, la píldora de felicidad que la Quincena suele tener cada año y que, al menos a este cronista, le alegra e insufla fuerzas como para sobrevivir hasta los últimos días del festival (pasó con Mandy en 2018, con El faro en 2019, ¡con The Host en 2006!, etc). Garland, nacido en Londres en 1970, se hizo bien pronto un nombre en sus inicios como novelista -La playa (2000)- y guionista -28 días después (2002), Sunshine (2007), todas de Danny Boyle-, pero fue en su salto a la dirección cuando se convirtió en una de las figuras básicas del fantástico contemporáneo: Ex Machina (2014), Aniquilación (2018) y la serie DEVS (2020).

    Men
    Men
    Fecha de estreno 22 de julio de 2022 | 1h 40min
    Dirigida por Alex Garland
    Con Jessie Buckley, Rory Kinnear, Paapa Essiedu
    Medios
    3,2
    Usuarios
    2,7

    Men, que se estrena bajo el paraguas de A24, parte de una premisa básica muy reconocible para los amantes del terror. Una joven (Buckley, que no ha hecho una mala película en su vida), traumatizada por la muerte de su marido, decide retirarse al campo, a Gloucestershire, a una inmensa casa rural en un espacio idílico y con un pequeño pueblo colindante habitado por muy pocas personas (prácticamente todos hombres). Si habéis visto el tráiler habréis notado que la principal característica del lugar es que todos los hombres tienen la misma cara: la del actor Rory Kinnear (absolutamente genial en su multiplicidad). La película, que mezcla distintos tipos de terror -folk horror, british gotik, cabin fever, surrealismo puro- para acabar reinventándose como algo nuevo alucinante, podría parecer tanto un episodio magnífico de En los límites de la realidad (1959) como a una película de Darren Aronofsky para la Hammer Films. Explicación de la barbaridad que acabo de escribir. Si recuerda a la clásica Twilight Zone es por lo concreto y sintáctico de la trama fantástica de la obra: a una mujer aislada en el campo la realidad circundante se le empieza a alterar para convertirse en una pesadilla alucinatoria. Si me acerco a Aronofsky es para avisar que Men, como también ocurría en Madre! (2017), presenta imágenes de terror surrealista que atentan contra la cognición básica de qué es real y qué no en la mente del espectador. Y si pienso en la Hammer, además de por la lógica localización de la acción, es por ese espíritu lúdico (y terrorífico) que tenían películas como Frankenstein creó a la mujer (1967), incluyendo su juego mutante con los personajes. Garland, alejándose de la ciencia-ficción y adentrándose en la liturgia del fantástico abisal, justifica cada una de las extremas transformaciones de la película asentando una base dramática clara: esta es una película contra la violencia machista y la toxicidad masculina (de ahí que todos los hombres tengan la misma cara, sea cual sea su edad o condición, son reflejos de distintos comportamientos abusivos concentrados en un solo rostro, dejando claro que la violencia machista puede tener distintas formas pero en realidad responden a un solo rostro, el del mal personificado). En definitiva, una película valiente, inteligente, brutal, terrorífica e, incluso, divertida, que abre y renueva el género desde su absoluta autoconsciencia. Alex Garland tenía que ser.

    Más fantástico con conciencia social y retrato machista en primer plano. El cineasta de origen iraní pero afincado en Suecia Ali Abbasi -que sorprendió a todo Cristo en 2018 con su película de trols psicóticos Border- regresa a su país de origen para retratar un caso real, el de un asesino de prostitutas en la ciudad sagrada de Mashhad hace ahora veinte años. Holy Spider, que compite por la Palma de Oro, está a medio camino entre el thriller con psychokiller -hay una doble narración continua, aunque Abbasi a veces se hace un lío con los puntos de vista, entre los asesinatos del enajenado criminal y la investigación que hace al respecto una periodista (lo mejor de la película: la interpretación de Zar Amir-Ebrahimi)- y el gran retrato social de un país que trata a las mujeres, prácticamente, como si fueran escoria. Abbasi no duda en aplicar truculencia a mansalva: las prostitutas son vejadas continuamente (y no solo por el asesino), mientras que a la periodista, mujer fuerte e independiente, no dudan en insultarla y amenazarla el 99% de los hombres que aparecen en la película. Así mientras la periodista, que no duda en jugarse la vida para tratar de atrapar al asesino, es juzgada una y otra vez por distintos estamentos policiales, políticos y religiosos, el asesino es casi encumbrado como un héroe iluminado en su sagrada cruzada para limpiar la ciudad. Abbasi no entiende de sutilezas pero sí de contundencia: de ahí que todos los crímenes sean realmente atroces y todas las situaciones vividas por la periodista sean tan asfixiantes y reprobables, pero se extiende en el subrayado más allá de lo natural y, a veces, cae en el exceso (caso del horrible epílogo de la cinta).

    Bac Films

    Cerramos con Park Chan-wook  (Seúl, 1963) aunque, probablemente, tendríamos que haber empezado por ahí. Lo siento, los horarios imposibles, las proyecciones continuas, los mínimos espacios para escribir, todo se acumula bajo mi gorra y me deja knock-out. Pido perdón a Park, director de Sympathy for Mr. Vengeance (2002), director de Old Boy (2003), director de Thirst (2009), director de La doncella (2016). La película que ha presentado hoy en sección oficial es Decision to Leave, coescrita con su colaboradora habitual Jeong Seo-kyeong, un noir envenenado de amor, con suspense afilado a lo Patricia Higsmith, con una pasión por el detalle que ni Alfred Hitchcock y con una historia de amor desbordante que habría hecho llorar a Max Ophüls. Siempre exagerando Alex, qué le voy a hacer, no es que me parieran así, es que yo me he hecho así a mí mismo. Si uno vive con la sensibilidad en carne cruda es normal que se te ericen hasta las pestañas de las pestañas cuando algo te araña con uñas largas el corazón. Pido perdón, otra cosa, que por otro lado, hago mucho. Pero dejarme, por favor, volver a la película.

    Decision To Leave
    Decision To Leave
    Fecha de estreno 20 de enero de 2023 | 2h 18min
    Dirigida por Park Chan-Wook
    Con Tang Wei, Park Hae-il, Jung-hyun Lee
    Medios
    4,1
    Usuarios
    3,0

    Un detective investiga un posible homicidio, quizás un accidente, quizás un suicidio, quién sabe. Un montañista se ha despeñado y ha acabado aplastando su cuerpo contra las piedras. Vemos en POV lo que ve el muerto a través de su ojo inerte justo con una mosca se posa en él y nos embrutece el plano. Posteriormente se nos explicará el orden exacto en el que los insectos se apoderan de los cadáveres. El policía, insomne, doliente, incapaz de respirar por la nariz cuando se tumba en la cama, quizás quiere a su mujer, quizás no, pero cuando conoce a la viuda del fallecido y principal sospechosa, algo se le rompe dentro. Park lo deja claro en cada giro, en cada transición, en cada zoom, en cada encuadre, en cada sonido. Es todo mínimo, pequeño, como un susurro estético, como un pacto entre el cineasta y su público: voy a ser manierista como a Manny Farber le gustaría, voy a darte un centenar de imágenes-termitas, para que tengas claro que, aunque aquí estoy investigando crímenes, lo que en realidad quiero que te quede claro es la inmensa historia de amor que estoy construyendo. ¿Dije antes Ophüls? También me valen Sirk, Almodóvar y Kar-wai. Curioso, como mínimo, teniendo en cuenta que, hasta ahora, a Park Chan-wook el romance era una trampa sobre la que volcar el crimen. En Decision to Leave, es el crimen, o mejor dicho: los crímenes, los verdaderos mcguffins de la historia de amor. Quiero volver a ver la película ya. Tengo que detenerme en cada plano, quiero fijarme en todos los detalles, quiero que esta película no se acabe nunca. Pero, hostia, se ha acabado y me ha dejado atravesado en la butaca dejándome hecho un Cristo atravesado en la cruz. Ahora mismo, que le den todas las Palmas de Oro del mundo a Park Chan-wook.

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