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    José Sancho, de 'Crematorio': "Bertomeu se dejaría morir antes que ser el títere de nadie"

    Actor inclasificable, contundente, polémico y a la vez transparente, protagoniza la miniserie que emite La Sexta sobre la corrupción y que se basa en la novela homónima de Rafael Chirbes. Todos los lunes, a partir de las 22.25 h.

    El papel de Jose Sancho (Manises, Valencia, 1944) en 'Crematorio' asusta; tanto, que a Alicia Borrachero y Aura Garrido, dos de las actrices de la serie de La Sexta -anteriormente emitida por Canal +-, les daba un respeto enorme compartir escenas con él. Obviamente no era sólo por Rubén Bertomeu, protagonista de esta adaptación y de la novela homónima de Rafael Chirbes. También era por el propio Sancho, un actor inclasificable y contundente, autoritario, polémico y transparente. El primer día de rodaje de 'Crematorio' -que se emitirá los lunes a las 22.25 h.-, le dijo a Jorge Sanchez-Cabezudo, el director, que no le interesaban los realizadores que hablaban mucho y dirigían poco. Medio en broma, el también director de 'La noche de los girasoles' ha reconocido que "tras las dos primeras bofetadas" se pusieron de acuerdo.

    Ganador de un Goya por su papel en 'Carne Trémula' de Pedro Almodóvar e inolvidable como El Estudiante en 'Curro Jiménez', también ha interpretado a Pablo Ramírez en 'Cuéntame cómo pasó', Jaime Milans del Bosch en '23-F: El día más difícil del rey' o Vicente Enrique y Tarancón en la tv-movie sobre el cardenal castellonense. En 'Crematorio', miniserie de ocho capítulos sobre el mundo de la corrupción, se mete en la piel de un hombre que, en sus palabras, "persigue hacerse dueño de todo". Alguien cuya máxima es que "cuando eres poderoso dejas de ser todo lo demás". En la entrevista, Sancho habla para SensaCine sobre las diferencias entre la novela y "la película", de la creación del personaje -que le viene como anillo al dedo- y hasta de los parecidos con 'El Padrino' de Francis Ford Coppola.

    ¿Aunque la novela no se basa en ningún caso real de corrupción, se ha inspirado en algún político o empresario caído en desgracia para construir a Rubén Bertomeu? Paco Correa, por ejemplo.

    No. Los gestos son míos. Sería absolutamente inútil por mi parte intentar reflejar algo que desconozco. Yo soy un actor que no creo mucho en que para ser abogado tengas que ir a la escuela de abogados. Primero se es un ser humano, que puede ser corrupto o cirujano. Como tampoco me baso en ningún partido político. Lo que es Rubén Bertomeu es un hombre de dinero, que ha construído su fortuna comprando voluntades. ¡¡Vete a saber las voluntades que habrá comprado en su vida!! Yo los personajes no los retrato. Basta mirar a la gente que se deja corromper y compra voluntades. Además, procuro traerme de casa a los personajes ya hilvanados.

    ¿En ningún momento ha hecho el examen interior de Rubén se parece a...?

    Siempre me ha parecido ridículo porque lo que tienes que hacer es crear un personaje. Rubén Bertomeu está escrito en la novela de Chirbes, pero con eso no está todo hecho. Hay que hacerlo. Es que el "yo hago de"... Cuando haces de [Vicente Enrique y] Tarancon sí, pero en estos casos... Además, yo no conozco qué pasa ni con unos políticos ni con otros. Ese es un problema de la justicia. Yo soy un actor que tengo que interpretar a un personaje que sea creíble y ya está. Mira si hay casos para inspirarme. De uno y otro partido. De Unió Mallorquina a Esquerra Republicana. Hay de todos los partidos, pero yo no voy a la escuela de ciegos para hacer de ciego. Cada ser que se queda ciego reacciona de una manera.

    ¿Perdemos algo de Rubén en 'Crematorio'? En el libro conocemos sus gustos literarios, la música que escucha... En la serie, sin embargo, hay que estar muy atento a los detalles para darse cuenta.

    Hay que contar que es un arquitecto y no un pelagatos, claro. Ya es rico. Su familia era gente de poder y de dinero. Como no hay tiempo para explicarlo todo, lo solucionamos con el decorado, el vestuario...

    En el segundo episodio saboreamos la "chulería" de Bertomeu desde la apertura. Me refiero a la escena en la que su personaje describe cómo saborear un ave y se pone la servilleta en la cabeza.

    Eso está tocado como se puede tocar cinematográficamente hablando para que no sea un tostón. Porque si tú presentas a Rubén sólo como está en la novela... Gráficamente hay que poner cosas sin salirse de cómo es ese personaje. A Rubén le late el corazón, le pone cachondo su novia, le encanta que haga de su mujer y sabe que va a ser un torbellino con su madre, su hija y su nieta. Eso es lo importante. Cómo va supeditando a los demás y cubriendo sus necesidades. Que esa es la mejor manera de comprar las voluntades. A la hija le monta la galería de arte, le paga los estudios a la nieta... Que es lo que suele hacer la gente que desea crear dependencia. Y eso es lo que procuro demostrar con el personaje de acuerdo con Jorge Sanchez-Cabezudo.

    ¿Cómo ha sido estar rodeado de mujeres y además en su tierra?

    Yo les daba respeto a ellas, pero yo lo he pasado muy bien. He disfrutado de tener una nieta en edad de merecer (Aura Garrido), una mujer en edad de merecer (Juana Acosta) y una hija en edad de merecer (Alicia Borrachero). He tenido muchas mujeres rodeando al personaje y hemos solucionado todos los dilemas profesionales. El director me ayudó y se dejó ayudar, lo que fue de agradecer. Yo ya le dije el primer día que los directores que hablan mucho y dirigen poco no me interesan. Y hay demasiados.

    ¿Se acaba convirtiendo Bertomeu en el títere de estas féminas?

    No puedo contar el final. Pero la fuerza de Rubén radica en que se dejaría morir antes que ser el títere de nadie. Este personaje puede inmolarse, pero jamás ser un títere. Está creado desde una concepción de que el mundo es de quien se da prisa en coger su parte. Esa es mi convicción, aunque cada cual puede pensar lo que quiera.

    Una serie tan cuidada como 'Crematorio', ¿es sólo posible en una cadena de pago?

    No, no, no... Es posible en una cadena en abierto [de ahí que la emita La Sexta]. Lo que pasa es que los directivos de las cadenas en abierto, en general, apuestan por lo más asequible. Por construir un decorado y hacer una serie entera de diez años en él. Las generalistas a veces han hecho series de muy buena calidad. No hace falta irse muy lejos... 'Anillos de Oro' -de la década de los 80, con Ana Diosdado o Imanol Arias-, 'Doctor Mateo', que tiene distracciones, decorados... Se puede hacer. Meterse tan dentro como en esto no quieren porque se arriesgan a que se les vaya un sector del público que quiere algo más fácil de digerir.

    ¿Qué representa esta adaptación en el panorama mediático?

    Un salto cualitativo respecto al folletín habitual, que se hace en muchas cadenas y funciona públicamente. Para que vamos a hablar de programas que funcionan. Mejor ni mencionarlos. Está muy bien hacer cine y hacerlo en el sentido amplio de la palabra. Como si el espectador estuviera también en el cine. Yo no quiero provocar nada, pero 'Crematorio' es una lección de que se puede gastar el dinero en algo que nos puede representar perfectamente en cualquier televisión. Puede gustar más o menos. Eso depende del espectador. Pero al menos representa algo.

    Una de las frases más conocidas de David Simon, creador de 'The Wire' -serie con la que ha sido comparada 'Crematorio'-, es "que se joda el espectador medio". ¿Defiende esta idea su serie?

    Simon dice eso una vez consolidada la serie. Cuando se consolide 'Crematorio', ya te diré. Sé que Simon lo ha dicho, pero cuando la serie la había comprado todo el mundo. "Que se joda el espectador medio"... Y en español queda mucho más duro. Yo el elogio que más me ha gustado estos días en la calle ha sido el de una mujer en Valencia, con aspecto de bonachona y mayor, que me dijo: "Me has jodido Pepe". Y yo: "¿Por qué?". "Porque ahora por tu culpa me tengo que comprar eso del Canal +". Y me encanta ser el culpable, teniendo en cuenta que es una espectadora media. No le voy a decir: "Que se joda señora".

    En definitiva, la serie es la historia de los Bertomeu...

    Es la historia de una familia. Más allá de la corrupción, relata por dónde pasa cada elemento de esa familia. Los Bertomeu se apoyan en todo lo que tienen y luego unos van creciendo y dicen: "Ahora me he hecho ecologista...". Es como el chaval que fuma hachís y hay un momento de su vida que dice: "Joder. Estoy fumándome el campo. Estoy destruyendo la naturaleza". Es lo mismo. Todo el mundo saca provecho de esa familia. Hay un impulsor que es Bertomeu y lo de la especulación y todo eso depende de quien se deje comprar.

    O sea que Bertomeu es como 'El Padrino'...

    Han dicho 'El Padrino', sí, pero 'El Padrino' tiene unas garras que llegan a toda América y esto es una cosa muy reducida a un sector del Mediterráneo. Lo puedes situar donde quieras. De la Costa Brava hasta Algeciras. 'El Padrino' es más. Este es algo mucho más terrenal, más cercano.

    ¿Un Padrino en versión reducida?

    Bueno... Alguien que tiene poder y que todos los que se le acercan, incluso los que quieren detenerle, se preguntan de dónde lo habrá sacado. Todo el que se acerca a Bertomeu sabe que puede conseguir algo: una ayuda, una recomendación... O a veces una negativa, algo que van buscando. Por eso la gente se acerca tanto a los políticos. Y cuando caen, los dejan de lado y se van corriendo a otros.

    ¿Vivimos una tendencia de personajes más complejos? ¿Más poliédricos? ¿Series que nos enseñan que un tipo corrupto también tiene familia, también llora, también sufre?

    Sí. Pero ya en 'Pena de muerte' el director de la cárcel demostraba que era un hijo de puta. O en la propia 'El Expreso de Medianoche'... Cómo era el turco que dirigía la prisión. Es evidente que en la vida siempre nos cruzamos con gente con la que no nos hubiera gustado cruzarnos. Y está muy bien que alguien recuerde que un drogadicto es un ser humano. Y que antes era un chaval limpio y que jugaba con los otros. Porque puede servirle a alguien que al ver eso no se convierta en drogadicto. Está bien que la televisión, que es entretenimiento, también acabe teniendo esa función.

    Santiago Gimeno

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