El imaginario del Doctor Parnassus : los secretos del rodaje

'2012' fue rodada, en su mayor parte, en Vancouver (Canadá) aproximadamente durante cinco meses. Se utilizaron más de 13 platós en 5 instalaciones diferentes y un par de escenarios provisionales que comprendían una extensión nada risible de suelos movedizos. Éstos se completaron con palmeras y pantallas azules. El supervisor de efectos especiales, Mike Vézina (responsable en este sentido de, por ejemplo, 'El imaginario del Doctor Parnassus') se dedicó a toda la parte de la producción que requería actividad sísmica. Utilizaron para esta finalidad unas 500.000 toneladas de acero con las que construir los enormes aparejos para las plataformas movedizas. Roland Emmerich perseguía un efecto realista, de modo que todos los efectos relacionados con la huída de la casa de los protagonistas, las escenas del terremoto o las del aeropuerto, se construyeron sobre inmensas plataformas que temblaban reproduciendo un seísmo casi real. Dichas piezas monumentales tenían unos 750 metros cuadrados que permitían la construcción de decorados donde situar vehículos, aviones, etc. Así se obtenían, por otra parte, las reacciones más realistas de los personajes en hipotéticas situaciones de riesgo extremo.

El diseño de los elementos que constituyen la estética de la compañía teatral del Doctor Parnassus se basa, fundamentalmente, en los teatros infantiles de Pollock (Toy Theatres) del Londres de finales del siglo XIX, llamados así por Benjamín Pollock, quien continuó la exquisita tradición de elaborar pequeños teatros victorianos de papel. Terry Gilliam sacó varias fotografías de antiguos modelos que le fascinaron y jugó a diferentes combinaciones con Photoshop. La otra gran fuente estética para la construcción del Imaginario se basó en libros esotéricos y símbolos herméticos y arcanos. Por ello pueden apreciarse serpientes, demonios o pentagramas y demás simbología de misterioso significado.

Su nuevo proyecto le permitió a Terry Gilliam la posibilidad de volver a involucrarse en el desarrollo del storyboard, parte del proceso de guión del que ya se encargó personalmente, ni más ni menos que veinte años atrás, en Las aventuras del Barón Munchausen. 'Era como volver a mis primeras películas en las que me encargaba de las ilustraciones yo sólo', confiesa Gilliam. El director afirma que ni Charles McKeown (con quien ha co-escrito la cinta) ni él volvieron a leer el guión original, sino que simplemente se sirvieron del story para la reescritura de éste.