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    Looper
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Looper

    Caminando en círculos

    por Carlos Losilla

    En apariencia un simple thriller de ciencia-ficción, en el fondo un artefacto mucho máscomplejo, Looper es la tercera película de Rian Johnson, cuyo primer largo, Brick (2006),ya delataba una capacidad instintiva poco común, tanto para el relato como para la creaciónde personajes y atmósferas. Aquel ejercicio juvenil, sin embargo, adquiere ahora la forma deuna película madura, de una inquietante sofisticación. Johnson juega con todos los elementosdel género para convertir el giro narrativo, el golpe de efecto, en un arte en sí mismo, lejos dela pirotecnia habitual en este tipo de opciones. Se podría decir que Looper hace honor a sutítulo transformándolo en una declaración de intenciones: el ‘loop', esa figura retórica mayordel cine contemporáneo, es también una metáfora de la vida, de nuestras vidas.

    En la película, dos hombres que son el mismo hombre acaban cruzándose. El yo del futuroregresa para reencontrarse con su juventud pero también para cambiar el gran acontecimientotrágico que ha marcado su vida, el asesinato de su mujer. Y el yo del presente, en su huidadesesperada, conoce a otra fémina que igualmente podría cambiar su destino, de modoque todo se abre y se cierra interminablemente, en un círculo infinito que se traslada a laestructura misma de la película: en Looper, el montaje paralelo es una forma de borrar lasfronteras del tiempo cinematográfico, que tanto puede desbocarse en frenéticas, absorbentesescenas de acción, como amansarse en fragmentos de extremada delicadeza sin perder ni launidad ni la compostura.

    Por supuesto, podríamos invocar a Kafka, a Borges, a Philip K. Dick... Pero a Johnson noparecen atraerle tanto los cantos de sirena filosóficos como el dibujo emocionado de unacierta fragilidad existencial, si se me permite la pedantería. De tanto girar, de ir de aquí paraallá, los personajes se desgastan, se muestran cansados y sin fuerzas. El propio Bruce Willisparece interpretar a Bruce Willis, un héroe de la mitología hollywoodiense en su declinar. YJoseph Gordon-Levitt, también coproductor, es más un testigo que otra cosa, un misteriosonarrador procedente del más allá que transita de las calles sombrías de una ciudad del futuro auna granja que parece salida de un ‘western' y donde se resolverá el conflicto, en presencia deuna mujer solitaria y un niño triste.

    El hecho de que todo eso no componga un batiburrillo indigerible, como suele suceder, sedebe a que las imágenes de Johnson son siempre sorprendentes y fuera de toda norma. Unhombre espera a que otro se materialice desde el futuro y luego acaba con él de un disparo.Otro ametralla una habitación fuera de campo y esa masacre resulta más perturbadora quecualquier exhibición sangrienta. Una mujer se roza la pierna y el labio con la mano y sabemosque hacía tiempo que el deseo sexual no la visitaba. Un niño alza los ojos hacia un adulto ymuestra un indecible desamparo. Pues Looper es la crónica de un grupo de perdedores que,irónicamente y en cierta manera, acaban salvando el mundo. No sólo los superhéroes tienen lapotestad de hacerlo.

    A favor: La superposición de capas, desde el relato de género al retrato de personajes.

    En contra: Su excesiva modestia, que puede hacerla pasar desapercibida para cierto tipo depúblico.

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