El género del horror, así como de la mano viene el suspenso, está muy trillado. Eso es algo que nadie puede negar, por más amante y seguidor que uno sea de dicha temática. A pesar de ello, parecen haber aun directores y producciones que todavía tienen algo más para demostrar ante un mundo en el que ya nada sorprende, como lo es el terror.
"La visita", o más bien conocida en mi país como "Los Huéspedes", es un film de terror y suspenso de trayecto ligero y eficiente. ¿A qué me refiero? A que la historia se va llevando de a poco, utilizando escenas que nos tienen perturbados por "lo que vaya a pasar" sin llegar al final de la película habiendo trillado sus contenidos. Si bien dicho trayecto se basa en dos jovencitos que sostienen una cámara para grabar sus vivencias, Manoj Nelliyattu Shyamalan demuestra que esta temática puede ser utilizada aun para muchos otros films si se sabe cómo y cuando contar con este método. Muchos habrán quedado con la idea de que Actividad Paranormal sería la única franquicia capaz de llevar a cabo esto, y otros, más acertados en su opinión, sabían que no pasaría mucho tiempo hasta que nuevos directores se apoyaran en este tipo de filmación. Esta idea es reforzada con buenas escenas de terror en las que incluso dudaremos en taparnos los ojos por la intriga que generan. Aunque no solo eso, sino que también cuenta con buenos toques humorísticos que calman las turbulencias que en algún momento se producen, logrando un equilibrio entre horror y humor, una química que pocos saben utilizar en este tipo de largometrajes. Y esto no puede ser de otra manera sin un reparto excepcional y buen guión en el cual adaptarlos.
"Los huéspedes" de Manoj Shyamalan enseña al trillado formato del horror a elaborar una atrapante historia y, no solo eso, sino también que se anima a jugar con el humor en pequeñas dosis sin hacer de este film algo absurdo y gracioso, sino más bien un título equilibrado, entretenido y, por momentos, perturbador ante la intriga. Muchos directores no saben llevar a cabo proyectos con contenidos paranormales y que prometen mucho más de lo que en su finalidad son, pero aquí, Shyamalan, con un terror bien real y psicópata, deja en claro cómo hay que trabajar para llamar la atención del público, sin siquiera contar en su haber con ese horror paranormal que muchos creen es la fuente principal de todo film de terror.