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    Es la jefa
    Críticas
    2,5
    Regular
    Es la jefa

    Melissa McCarthy superstar

    por Xavi Sánchez Pons

    El fenómeno Melissa McCarthy se inició en 2011 tras el estreno de La boda de mi mejor amiga. Antes, la norteamericana se fogueó con éxito en la televisión, pero la tercera película como director de Paul Feig acabó de lanzarla al estrellato. Es más, la convirtió en lo que es ahora: una de las cómicas con más tirón de la actualidad y un torbellino escénico propenso al exceso y a la sobreactuación. Dos características que aplicadas al humor no son del todo negativas. Actriz fetiche del co-creador de Freaks And Geeks, la popularidad de McCarthy ha crecido de forma exponencial estos últimos años, y ha dado como fruto películas hechas a su medida. Desde la última de Feig, Espías, a Tammy, primer filme dirigido y co-escrito con su actual marido, Ben Falcone. Es la jefa es la segunda colaboración del dúo, una comedia gamberra del montón que solo consigue alzar el vuelo cuando apuesta por el humor físico y el caca-culo-pedo-pis de los Farrelly

    El eje central de Es la jefa nos lo sabemos de memoria: la cura de humildad de un triunfador venido a menos. En este caso el personaje de Melissa McCarthy, una ex-niña huérfana problemática convertida en una gurú de las finanzas que lo pierde todo. Un poco como el Dan Aykroyd de Entre pillos anda el juego- tristemente el único parecido con la excelente película de John Landis. A partir de ahí, se inicia una historia donde la protagonista irá redimiéndose de sus pecados anteriores –para llegar a la cima tuvo que pisotear a todo quisqui, no sin antes tropezar con la misma piedra, hasta llegar a una ñoña resolución que se telegrafía al espectador desde el minuto uno. ¿Qué es entonces, lo que hace medio potable este filme de usar y tirar? Pues los gags cómicos más pasados de vueltas. Y en Es la jefa hay unos cuantos. Por ejemplo el sofá cama convertible del que salen despedidos varios personajes, la escena del restaurante y el fugu, la divertida secuencia en la que McCarthy y Kristen Bell se manosean la tetas mutuamente, o la hilarante batalla entre vendedoras adolescentes de galletas claramente inspirada en la pelea callejera de El reportero: La leyenda de Ron Burgundy.

    Ahora bien, dentro de ese humor gamberro hay una cosa que chirría. De hecho es algo que hemos visto en otras comedias americanas recientes: lo desaprovechado que está Peter Dinklage, un actor como la copa de un pino que últimamente, en la gran pantalla, se ve obligado a interpretar personajes cómicos de muy baja enjundia y demasiado caricaturescos como es el caso que nos ocupa o el de la reciente Pixels. En Es la jefa pone cara al antagonista de McCarthy, el jefe de un emporio empresarial que vive solo para hundirla. Ojalá en un futuro la cosa mejore y podamos ver a Dinklage torear en mejores plazas.

    A favor: el humor físico y el rescate de Tyler Labine como galán freak

    En contra: lo desaprovechados que están Peter Dinklage y Kristen Schaal

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