Crítica de SensaCine.com para La sociedad de la nieve: El espíritu de lo que vivieron allí arriba

Cuando J.A. Bayona se encontró por primera vez con el libro de Pablo Vierci La sociedad de la nieve allá por 2008, el relato de los supervivientes de la conocida como la tragedia de los Andes le resultó uno de los "más impresionantes, inspiradores y reveladores" que había leído nunca. En aquel momento estaba trabajando en su arrolladora Lo imposible y aquella lectura fue una luz que quiso compartir con el resto de personas implicadas en el proyecto como un tesoro. También decidió que aquel viaje debía ser contado en la gran pantalla. Obsesionado, como él mismo decía en una carta que envió al autor de la novela y a los supervivientes de aquel famoso vuelo accidentado en 1972, con "la visión profundamente humana y optimista del hombre", el cineasta ha logrado con creces llevar la tormenta de emociones que es leer La sociedad de la nieve a la gran pantalla de la única en que podía hacerse: representando el periplo con la crudeza y brutalidad emocional con la que solo era posible, pero siendo capaz de transmitir esa unión y esa sociedad que forjaron los supervivientes. El espíritu de lo que vivieron allí arriba.

La sociedad de la nieve no da tregua al espectador en sus 144 minutos. La grandeza visual y la belleza de los planos que Bayona le dedica a la inmensidad blanca de la cordillera de los Andes contrasta frontalmente con el sufrimiento y desesperación vivido en el interior de aquel fuselaje. El miedo, el frío, el dolor físico. Los actos extremos de supervivencia que tuvieron que llevar a cabo y de los que no huyen los primeros planos del director, sí, pero también la amistad, el amor, la resiliencia elevada a la máxima potencia. Mención especial para la secuencia del accidente, probablemente lo mejor de la película, capaz de transmitir sensaciones literalmente físicas en apenas unos segundos.

El resultado final de La sociedad de la nieve es una mezcla de muchas cosas. Rebosa admiración y respeto, relata una de las historias más increíbles que hayan sucedido nunca y cinematográficamente es todo un espectáculo que solo puede ser aún más perfecto con la atmósfera que le brinda la banda sonora de Michael Giacchino.