Su estilo de juego era muy intimidatorio y, en ocasiones, hasta violento
No es raro que un futbolista haga sus pinitos en el mundo de la actuación. Desde Pelé hasta Diego Armando Maradona, pasando por David Beckham o Alfredo Di Stéfano, muchos deportistas se han visto deslumbrados por el celuloide y han accedido a participar en alguna que otra película. Eso sí, que su carrera se prolongara en el tiempo, eso es más complicado. Ocurre con Éric Cantona, que tiene en su haber más de 40 títulos; y también con el protagonista de este reportaje, que tiene bastante en común con Cantona, sobre todo por esa tendencia a jugar de manera imprevisible, violenta y agresiva.
Vinnie Jones debutó en el cine en 1998, cuando estaba en el ocaso de su carrera como futbolista, de la mano de Guy Ritchie y su Lock & Stock. Ambos quedaron tan satisfechos con su trabajo que repitieron dos años después en Snatch. Cerdos y diamantes, donde llegó a ganar el Premio Empire como mejor actor británico.
Vinnie Jones, de lesionar a un jugador y acabar con su carrera a triunfar en el cine
La ambición de Jones era mayor y su próximo objetivo era Hollywood. En el 2000 participó en la película 60 segundos y, al año siguiente, en Operación Swordfish. Desde ese momento, comenzó a incrementar su participación tanto en cine como en TV a ambos lados del charco.
Apareció en X-Men: The Last Stand interpretando a Juggernaut y en 2010 en Kill the Irishman, trabajo que compaginó con su participación en el Gran Hermano de las Islas Británicas, donde llegó a quedar en tercera posición. Actualmente, Jones es comentarista de partidos de fútbol de la Premier League en el canal norteamericano FOX Sports.
Su último trabajo como actor ha sido, nuevamente, a las órdenes de Guy Ritchie en la adaptación a serie televisiva de la película The Gentlemen, que podemos ver en Netflix y que cuenta en la actualidad con ocho episodios.
A Jones siempre se le recordará como un tipo muy duro, considerado como uno de los futbolistas más agresivos de la historia del fútbol inglés, llegando, por ejemplo, a lesionar a un jugador, Gary Stevens, hasta tal punto de que se vio obligado a retirarse a los 30 años. Sin duda, Jones supo sacarle muy buen partido a esa faceta de agresivo y violento en su trabajo como actor, junto a ese físico de rasgos muy marcados.