Consta de 12 episodios y tiene a un dúo insuperable como protagonista. Se habló de una película para cerrar la ficción, pero hace tiempo que no hay novedades
Prime Video tiene un catálogo masivo que se compone de unos 25.000 títulos -aproximadamente, el número exacto varía entre estrenos y contenidos que se dan de baja-. Por lo que es habitual olvidar ciertas películas y series que deberías haber visto. Nuestro trabajo es rescatar esas pequeñas joyas escondidas y recordarte que puedes disfrutar de ellas. Es el caso de Good Omens, una serie de fantasía extraordinaria que nos gustaría recomendar a pesar de haber nacido salido de la mente de Neil Gaiman. El trabajo de centenares de trabajadores y de sus protagonistas lo merece.
Good Omens tiene como protagonistas a Michael Sheen y David Tennant, que dan vida al ángel Azirafel y al demonio Crowley. Su dinámica es una de las grandes razones para ver la serie, ya que pocos actores hay con tanto carisma como ellos.
Estos dos seres bajaron a la Tierra como representantes del Cielo y el Infierno y ya se han acostumbrado a la vida placentera en nuestro planeta. Incluso ha surgido entre ellos una bonita amistad que no van a dejar que se arruine por el conflicto que hay entre sus bandos. Por eso, cuando les anuncian que el fin del mundo está cerca -en concreto, este mismo sábado- harán lo que sea para frenarlo.
Como decimos, la interpretación de Tennant y Sheen es lo que hace que la serie sea excepcional. Se complementan a la perfección y sus estilos son tan opuestos que no pueden atraerse más.
No son los únicos que aparecen en el reparto. Otros buenos motivos para darle una oportunidad son Jon Hamm, que interpreta a Gabriel, el líder de las fuerzas del Cielo; también está Adria Arjona como Anathema Device, la última descendiente de Agnes Nutter; y hasta Frances McDormand, que pone voz a Dios, como no podía ser de otra manera.
La primera temporada se compone de seis episodios y la segunda de otros seis. Por lo que son 12 únicos episodios de humor británico y apocalíptico muy bien tirado que se desarrollan con un ritmo muy ligero. Good Omens funciona como una parodia bíblica que no se toma nada en serio el fin de los tiempos y que se ve casi de un tirón.
Tras el escándalo de Gaiman, se detuvo la producción de la tercera temporada y, un mes después, se anunció que, en su lugar, iban a estrenar un solo episodio de 90 minutos para cerrar la trayectoria de la serie. Una pena que este notable título haya quedado ensombrecido para siempre.