Críticas
4,0
Muy buena
Ciudad de Dios

"Siempre quise ser un gángster de favela"

por Nestor Hidalgo

Procedente de unos inicios erráticos y alimenticios en la industria audiovisual brasileña, Fernando Meirelles saltó a la fama internacional (y a la nominación al Oscar de Mejor dirección; la película sumó otras tres) gracias a esta rítmica, colorista, cruda, sudorosa y vibrante crónica criminal de las favelas de Río de Janeiro. Sus bases fueron las palabras del libro homónimo de Paulo Lins y el espíritu de 'Uno de los nuestros' (Martin Scorsese) en su representación del gangsterismo a medio camino de la desmitificación y el inevitable retrato cool propiciado por la imagen cinematográfica. La cámara se mueve ligera y endiablada por el opresivo y caótico laberinto de las favelas cariocas que Meirelles y su co-directora Kátia Lund conocen tan bien mientras narra de forma fragmentada la historia del enfrentamiento entre los capos de la droga Zé Pequeño y Mané Galinha a lo largo de dos décadas de narcotráfico, casquillos de bala y sangre derramada. Con madera para convertirse en uno de los títulos más recordados del cine comercial de los 2000s.

A favor: La frescura formal y el ritmazo carioca de la banda sonora.

En contra: No se puede decir que esté inventando nada.