El nombre de Peter Jackson, aunque no lo parezca, no siempre es sinónimo de éxito. Cuesta creerlo. Sobre todo porque él es el director que se colocó detrás de las cámaras en la trilogía de El Señor de los Anillos, saga con la que adaptó con gran triunfo la historia de J.R.R. Tolkien. Después de eso, continúo en el universo del escritor con la trilogía de El Hobbit y, tras terminar con la historia de Bilbo Bolsón, Jackson intentó seguir construyendo éxitos en la gran pantalla con la adaptación de otra saga literaria. Esta vez como productor. El resultado, no obstante, fue toda una decepción.
En 2018 llegó a las salas de cine Mortal Engines, la película que adaptó la saga de libros escrita por Philip Reeve. La historia se ambienta en un Londres futurista y posapocalíptico en el que las ciudades han sido motorizadas y puestas encima de ruedas. En este mundo, las urbes más grandes se comen a las pequeñas. La protagonista es una joven llamada Hester Shaw, quien intenta liderar una revolución contra una ciudad gigante depredadora.
Jackson produjo el filme y coescribió el guion junto a sus colaboradoras habituales Philippa Boyens y Fran Walsh, con quienes ya trabajó en El Señor de los Anillos. Christian Rivers, que había trabajado en el departamento de arte de las trilogías de Jackson, se colocó detrás de las cámaras del filme. En su reparto hay nombres como los de Hera Hilmar, Robert Sheehan, Stephen Lang y Hugo Weaving.
Reeve, el autor de los libros en los que se basa la película, alabó el resultado en su cuenta de Twitter: "Christian Rivers ha hecho un trabajo fantástico: una película enorme y visualmente increíble con un ritmo perfecto y un núcleo emocional genuino. Hay muchos cambios en los personajes, el mundo y la historia, pero sigue siendo, fundamentalmente, lo mismo".
Lamentablemente, el entusiasmo del autor no se trasladó en su estreno en cines. La película costó 100 millones de dólares y solo recaudó más de 83 millones de dólares. La crítica, además, no la recibió de forma positiva. En Rotten Tomatoes, por ejemplo, tiene un 26% de nota.
Una de las cosas que provocó el fracaso de Mortal Engines fue que se estrenó en un momento en el que tuvo que competir en cartelera con Spider-Man: Un nuevo universo y La mula. En definitiva, un proyecto muy caro en el que parecía haber muchas expectativas puestas pero que no cuajó con el público y que no consiguió que tuvieran ganas de más.
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