Está a punto de cumplir 20 años y probablemente muchos la hayan olvidado, pero en 2004 se estrenó una película documental que consiguió algo bastante poco habitual para la época y especialmente menos habitual para el género: convertirse en lo que hoy por hoy llamaríamos "viral" pero que se produjo en un momento en el que las redes sociales no había hecho acto de presencia en nuestras vidas virtuales. Sin embargo, la mítica Super Size Me suponía un proyecto tan innovador y diferente que rápidamente llamó la atención de los espectadores de todo el mundo.
Dirigida, escrita, producida y protagonizada por el famoso documentalista Morgan Spurlock, el famoso filme documental se presentaba como una especie de experimento dedicado a exponer los peligros y consecuencias del consumo excesivo y habitual de comida rápida en el día a día de una persona.
Aunque en su película Spurlock explora los efectos de la industria de la comida rápida en general, lo cierto es que se atrevió a poner el foco sobre una multinacional muy conocida: McDonalds, la franquicia de restaurantes protagonista de su experimento. Para la producción del documental Spurlock se alimentó única y exclusivamente de comida del McDonalds durante un total de 30 días. Un periodo de tiempo durante el que documentó todo el proceso, incluyendo cómo afectaba a su salud y a su bienestar físico y psicológico.
A lo largo de los 30 días de estudio, Spurlock comió en McDonalds tres veces al día, ingiriendo 5.000 calorías diarias, y combinaba su poca saludable rutina de alimentación con algo de ejercicio físico: caminar 2 kilómetros diarios. Como resultado, el documentalista, que en aquel momento tenía 32 años, engordó 11 kilos y aumentó su masa corporal en un 13%, pero también vio alterados sus niveles de colesterol y experimentó otra serie de consecuencias físicas, como una disminución de su energía y menor apetito sexual.
De hecho, el experimento pudo haber terminado antes si Spurlock hubiera hecho caso a la recomendación médica ante el peligro de que seguir adelante le pudiera ocasionar problemas de salud graves. Tal y como queda reflejado en la película, el documentalista continuó y, tras el desenlace del experimento, la sorpresa ante la velocidad a la que se había deteriorado su organismo resultó mayúscula.
El experimento de Spurlock no pasó desapercibido y, aunque logró generar conversación sobre un tema absolutamente preocupante -el aumento excesivo de la población obesa en Estados Unidos- y de la necesidad de limitar el consumo de este tipo de comidas, también fue objeto de polémica y de duras críticas, empezando por las de la propia McDonalds, que cuestionaban la validez de las conclusiones del mismo. "Puede sorprenderte cuánto estamos de acuerdo con la película", aseguraba la empresa en una campaña. "Estamos de acuerdo con su argumento central, que si comes demasiado y haces muy poco, es malo para tu salud". Sin embargo, lo que fallaba en la película, según la cadena de restaurantes, es que el consumo de Spurlock en un mes se correspondía con la media de un cliente promedio en seis años y con que había reducido muchísimo su actividad física.
En cualquier caso, Super Size Me logró ser un auténtico éxito. Con un bajísimo presupuesto acorde con su condición del filme independiente, los costes de producción de la película ascendieron a 65.000 dólares, mientras que su recaudación global fue de 22,2 millones de dólares, una cifra excelente para un documental. Además, la cinta de Spurlock fue nominada por la Academia al Oscar al Mejor Documental, que finalmente se llevaría otra de las candidatas, pero que supuso una prueba extra de su prestigio.
