Protagonista de la saga Fast & Furious, el renacer de Jumanji, estrella de una de las últimas películas de DC y un largo etcétera, Dwayne Johnson no solo es uno de los actores más exitosos de los últimos tiempos, sino una de las grandes estrellas de acción de la actualidad. Ex luchador profesional de la WWE, el ahora intérprete a tiempo completo de 51 años se ha enfrentado a todo tipo de rivales peligrosos, pero en 2015 hizo frente a su oponente más formidable: un terremoto de escala 9 en la película de desastres San Andrés, dirigida por Brad Peyton y escrita por uno de los 'showrunner' de Perdidos, Carlton Cuse.
Una intensa y frenética película de acción que arrasó en taquilla hace ahora ocho años y que se emitirá hoy en el contenedor de cine de La Sexta "El taquillazo". Tienes una cita con ella a las 22.30 horas.
En el centro de la película se nos encontramos con uno de los accidentes geográficos más impactantes del mundo: la llamada falla de San Andrés en California es una bomba de relojería: si cambia, los científicos predicen el peor terremoto de la historia, capaz de reducir la ciudad de Los Ángeles a escombros. Un espantoso escenario que precisamente se hace realidad en San Andrés, cuando un terremoto de magnitud 9 sume en el caos a la metrópolis californiana.
En medio de todo, el piloto de rescate Ray (Dwayne Johnson) y su ex esposa (Carla Gugino) intentan llegar a San Francisco, donde su hija Blake (Alexandra Daddario) espera desesperadamente recibir ayuda. Con su helicóptero sobrevolará la zona del desastre e intentará ayudar a aquellas personas con problemas que necesitan ser salvadas, pero cuando parece que las cosas están a punto de calmarse, la Madre Naturaleza tiene preparadas algunas peligrosas sorpresas.
Cargada de efectos especiales e imágenes realmente impresionantes, cuando los temblores del terremoto comienzan a rasgar el asfalto hasta el horizonte, los edificios de gran altura se derrumban piso a piso, un tsunami arrastra un enorme buque hacia el centro de Los Ángeles y enormes nubes de polvo engullen todo lo que encuentran a su paso, haciendo de San Andreas una película lo suficientemente emocionante y entretenida como para no apartar la mirada de la pantalla apenas unos segundos.
Además, al tiempo que el desastre natural devasta todo a su paso, la familia protagonista afronta sus propios problemas internos: un elemento bastante usual en el género y al que Roland Emmerich ya le prestó atención en El día de mañana y 2012.
La película fue recibida de forma bastante positiva por audiencia y crítica, al menos en lo que se refiere a títulos similares, aunque mejor que sus valoraciones fueron sus datos de taquilla, logrando recaudar 474 millones de dólares frente a los 110 millones de presupuesto. Datos más que notables que rápidamente pusieron sobre la mesa la posibilidad de una secuela que todavía no ha salido adelante, pero que sigue formando parte de los planes de la productora aún ocho años después.
