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    "Hacer dieta simplemente no es para mí": Jennifer Lawrence solo ha accedido a hacerlo para una película y por una buena razón
    Alicia P. Ferreirós
    Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

    La actriz se dejó la piel para interpretar uno de los papeles más exigentes de su carrera: seis días de entrenamiento a la semana durante meses, dieta y ensayos para perfeccionar su acento.

    "No puedo trabajar a dieta. Tengo hambre. Estoy de pie. Necesito más energía", sentenciaba Jennifer Lawrence en una entrevista con motivo del estreno de Gorrión Rojo en 2018. Sin embargo, según contó a Vanity Fair, la película de espionaje dirigida por Francis Lawrence se convirtió en la primera, y hasta ahora única, en su carrera en la que accedió a ponerse a régimen para prepararse físicamente para un personaje. En ella, Lawrence interpretaba a Dominika Egorova, una bailarina del Bolshoi que, tras una fractura en la pierna, se ve obligada a retirarse del mundo de la danza y acaba adentrándose en la KGB para poder salir adelante.

    "Gorrión Rojo fue la única vez que tuve mucha hambre y disciplina", contó la actriz, pero tenía una buena razón para hacerlo. Una que no tenía que ver con una cuestión estética, sino con una mejor representación del personaje: "No puedo estar en el personaje de una exbailarina y no sentirme como una exbailarina", explicaba. Además, para Lawrence era muy importante aprender a meterse en la piel de una bailarina en su vida diaria.

    Gorrión rojo
    Gorrión rojo
    Fecha de estreno 2 de marzo de 2018 | 2h 21min
    Dirigida por Francis Lawrence
    Con Jennifer Lawrence, Joel Edgerton, Matthias Schoenaerts
    Medios
    3,2
    Usuarios
    3,6
    Sensacine
    3,0
    Ver en Disney+

    Así, ponerse a dieta no fue lo único que hizo Lawrence para estar a punto para el papel. La actriz tenía claro que quería hacer ella misma tantas escenas como pudiera y, para conseguirlo, estuvo varios meses trabajando intensamente con un instructor de baile que le permitiese perfeccionar el movimiento y la imagen corporal. "Trabajé con Jen seis días a la semana, tres horas al día", aseguró el coreógrafo Kurt Froman en un vídeo detrás de las cámaras de la película.

    "El nivel de entrenamiento por el que pasan las bailarinas y el nivel de disciplina, tantos años de sus vidas, juega un papel en todo lo que hacen. La forma en que se comportan, la forma en que se manejan y la forma en que trabajan. Era algo que estaba constantemente en mi mente, incluso después de terminar de rodar todas las escenas de baile", contó Lawrence asegurando que también le había ayudado a conocer mejor su cuerpo y a la importancia de las buenas posturas.

    Afortunadamente para ella, según explica, Francis Lawrence organizó el rodaje para que Jennifer Lawrence pudiera filmar primero las escenas de baile y luego regresar a sus dieta habitual.

    Siempre me he preguntado qué haría falta para hacer que me pusiera a dieta, para hacerme tener hambre, porque nunca lo había hecho para una película. Para 'Los juegos del hambre' me dijeron que perdiera peso y luego descubrí Jack in the Box

    El nombre que menciona Lawrence a modo de broma es una franquicia de comida rápida en Estados Unidos, pero, básicamente, el mensaje es que, aunque coquetease con la idea de perder peso para un papel con la saga adolescente que la consagró en Hollywood, entonces no tenía una motivación real para perder peso, porque no era necesario para el personaje.

    Una vez completadas las escenas de baile, Jennifer Lawrence pudo volver a hacer lo que le dio la gana: "Encontré una salchicha kielbasa vienesa en un panecillo francés no circuncidado, con salsa de pepinillos", contaba sobre el que se convirtió su gran vicio en Hungría. "Me tomé uno casi todos los días en Budapest, lo cual puedes ver, porque continúo creciendo en la película. Hacer dieta simplemente no es para mí".

    Sobre Gorrión Rojo Jennifer Lawrence también ha relatado en diversas ocasiones que en ella se sintió más liberada que nunca, dejando atrás todas sus inseguridades a la hora de afrontar las escenas de desnudo. Según contó, le horrorizaba especialmente hacerlas tras haber sido víctima de un hackeo masivo de fotos íntimas, temiendo que habría quien la criticase por ello. "La inseguridad y el miedo a ser juzgada por desnudarme, lo que pasé, ¿debería eso dictar las decisiones que tomaré por el resto de mi vida?", dijo durante el estreno de la cinta en Nueva York. "Esta película cambió eso y ni siquiera me di cuenta de lo importante que era cambiar esa mentalidad hasta que la terminé".

    Así que mandó un mensaje a sus potenciales 'haters': "Si son el típico 'hater' no vayan. Están oficialmente y absolutamente no invitados. Me gustaría desinvitar a todos mis' haters' de ir a ver Gorrión Rojo".

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