De todos es bien sabido que la saga de Regreso al futuro empezó con un despido. Concretamente, el de Eric Stoltz, que iba a interpretar a Marty McFly en Regreso al futuro y después de un mes fue sustituido por Michael J. Fox. La saga se hizo tremendamente famosa, pero no dejó de lado algo que, sin querer, parecía parte de su ADN: sustituir unos actores por otros entre películas. ¿No conocéis la triste historia de Crispin Glover?
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Tu cara me suena
En Regreso al Futuro II hubo dos intérpretes que no volvieron. La primera fue Claudia Wells, que iba a repetir su papel como Jennifer, la novia de Marty, en la secuela, pero cuya madre enfermó de cáncer y decidió cuidarla en su lugar. Fue sustituida por Elisabeth Shue, que incluso volvió a rodar las escenas del final de la primera parte plano por plano para que todo quedara niquelado. Fue decisión de la actriz y no hubo mayor problema. Pero sin embargo, Crispin Glover sí que la lió.
Y es que cuando pidieron al actor que volviera como el padre de Marty, pidió mucho más dinero de lo que le daban a un actor de su experiencia en aquel momento: unos 120.000 dólares. Él, que ya había salido mosqueado de la primera película (sentía que se recompensaba a los personajes con dinero, y no con amor), terminó por no firmar el contrato y, por tanto, ficharon a otra persona que le sustituyera: Jeffrey Weissman.
El problema fue que, para que no se notara mucho el desaguisado, intentaron que se pareciera a Glover utilizando prostéticos: barbilla, nariz y mejillas. De hecho, algunos de los que utilizaron para el George McFly de 1985 fueron reutilizados en Weissman, y Glover acabó denunciando, con motivo, a los productores de la película porque no había dado su permiso para que se utilizara su imagen. Ganó, claro, y ahora es un caso clave en los derechos de imagen de los actores. Tanto, que incluso la SGA obligó a poner cláusulas en los contratos para evitar que volviera a ocurrir. Visto lo visto, seguro que a Universal le hubiera gustado poner un dinerillo de más en el contrato de Glover, ¿verdad?