Como hemos visto en multitud de ocasiones, el éxito en crítica de una película no se traduce inmediatamente en una buena recaudación en cines. Y viceversa. Que una cinta esté arrasando en pantalla no significa que sea una obra maestra. Ambas cosas van por separado y, aún así, nos sigue sorprendiendo que sigan ocurriendo casos tan viscerales como éste.
Es lo que sucedió con El rey león, la versión 'live action' estrenada en 2019. Disney decidió reinventar una de sus historias más importantes y lo hizo dando rienda suelta a la tecnología y a la nostalgia. Les salió un filme que se encuentra en el Top 10 de las películas más taquilleras de la historia, pero tuvo que pagar el precio de la mala prensa. Muchos críticos destrozaron la propuesta del estudio, a pesar de que el público sigue apoyándola.
La nueva cinta de El rey león se estrenó en cines de todo el mundo el 19 de julio de 2019, coincidiendo con el 25º aniversario del clásico animado de Disney. Jon Favreau fue el elegido para ponerse al mando de esta adaptación, centrada en exprimir al máximo los avances en efectos visuales y CGI para dar una nueva vida a los míticos Simba, Pumba y Timón, entre otros.
La historia sigue siendo la misma: Simba, el joven león, debe aprender a ser un buen rey mientras enfrenta las intrigas de su tío Scar, quien busca tomar el trono. Sin embargo, esta versión incluye voces reconocidas como Donald Glover como Simba, Beyoncé como Nala, y James Earl Jones retomando su icónico papel como Mufasa.
Este proyecto seguía la tendencia del estudio de adaptar sus clásicos animados a imagen real, aprovechando así la oportunidad de atraer a nuevas generaciones y dando a los viejos fans algo nuevo con lo que ilusionarse. Sin embargo, la nueva versión generó tanto voces a favor como en contra. Quienes la defienden son todos aquellos espectadores que agradecen una adaptación tan fiel y un nuevo vistazo a grandes números musicales como 'Hakuna Matata'. En el otro lado, todos aquellos que apuntan la falta de creatividad y la pérdida del encanto mágico que tiene la animación tradicional.
"No aporta nada significativo ni novedoso. Una vez más nos encontramos ante el problema del cine actual, su falta de originalidad", apunta con contundencia Denise Pieniazek en Puesta en Escena (AR). "Mira esta película por sus logros técnicos y sus números musicales, y luego vuelve a la original para sentirte satisfecho", escribe Ted Piekarz en Chicago Reader. Hannah Giorgis, de The Atlantic, se encuentra entre ambos bandos: "El Rey León captura lo suficiente del entusiasmo y calidez de la original e introduce suficientes deleites nuevos como para parecer algo más que un cínico intento de Disney de obtener dinero".
Si nos vamos a la parte del público, encontramos más cariño. Son muchos los que están fascinados por los efectos visuales y, aunque no es la cinta que devoraron en la infancia, saben encontrarle la ternura y el interés a los personajes. Así se explica que haya llegado a recaudar 1.662 millones de dólares en todo el mundo. Un éxito irreprochable que seguro que ha cazado por el camino a algún nuevo espectador.