Cuando Will Smith estrenó Independence Day, hacía solo un mes que se había despedido de la audiencia americana con El príncipe de Bel-Air. Y pocos cambios mayores de rumbo se pueden mostrar en la industria que pasar de una sitcom a un blockbuster con todas las de la ley. De hecho, en su momento se convirtió en la segunda película más taquillera de la historia (solo superada por Parque Jurásico) y el actor se aseguró una segunda vida después de su serie, saliendo en absolutamente todo. Poco tiempo faltaría antes de que empezara a hacer dramas para tratar de ganar el Óscar y completar su transición a actor… Pero todos sabemos qué pasó cuando finalmente lo consiguió, ¿no?
Esta carrera huele bien
Vista ahora, en el panorama del cine actual donde todo se hace por ordenador, es sorprendente que Independence Day, pudiendo utilizar CGI (primitivo, eso sí), prefiriese rodar todo lo que pudiera con miniaturas y en cámara. Por ejemplo, la famosa explosión de la Casa Blanca se hizo con un modelo de 3 metros de anchura por 1,5 de altura, y tardaron una semana en planear su detonación perfecta, sabiendo que iba a usarse en todos los tráilers y, al final, iba a ser el plano más recordado de toda la película. Y vaya que si lo fue.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas en el rodaje. Will Smith, durante la escena en la que arrastra al alienígena por los salares de Utah, improvisó una frase que se quedaría en la película: “¿Qué demonios es ese olor?”. Y no era una gracieta: es que realmente, en aquel lugar, miles de millones de camarones morían todos los años en un gran lago de sal, provocando una pestilencia de la que nadie le había advertido.

No os preocupéis por Will, porque le salió muy a cuenta "disfrutar" de aquel olor. Lo extraño fue que no le propusieran inmediatamente volver para una secuela, y, cuando pasó, ya fuera demasiado tarde. Allá por 2011, 15 años después de la original, Roland Emmerich anunció que quería hacer una segunda y una tercera parte, pero el actor pidió la friolera de 50 millones de dólares por volver, solo 25 millones menos que todo el presupuesto de la película original. Obviamente, los planes se pusieron en pausa hasta que en 2016 se estrenó Independence Day: Contraataque ya sin él. Y viendo su “éxito”, tiene pinta de que este va a ser el final definitivo de la franquicia. Hasta el obligatorio reboot en unos años, claro.