En el año 2022, la prestigiosa publicación Sight and Sound, continuando con su tradición de elegir la mejor película de la historia cada 10 años, pidió a los críticos que votaron por las mejores películas de la historia y decidieron salirse de lo que todos conocemos de sobra. Más allá de premiar el cine de Orson Welles, Hitchcock o Coppola -al que ya estamos más que acostumbrados a ver en estos tops-, decidieron que la ganadora iba a ser Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles, una cinta belga que muy pocos conocían que existía y que, como imaginarás dio que hablar.
Nombrar Jeanne Dielman como la mejor cinta jamás realizada fue un auténtico hito ya que, por primera vez en 70 años, reconocieron el trabajo de una mujer directora. Ninguna otra película realizada por una mujer había llegado jamás al top 10. Es un ejemplo de que, por fin, el trabajo de las mujeres está siendo reconocido en la industria del cine y que hay un cambio en la mentalidad de los que votan.
Dirigida por Chantal Akerman y estrenada en 1976, la película se centra en algo tan sencillo -a priori- como el día a día de una ama de casa. La cineasta decide poner en el centro a Jeanne y sus tareas cotidianas como madre viuda de un adolescente. Madruga para preparar el desayuno de su hijo, le limpia los zapatos, sale para realizar la compra necesaria, cocina, limpia su casa... Jeanne, además, es prostituta, trabajo que necesita para llegar a final de mes.
3 horas y 22 minutos en los que vemos a la protagonista confinada a una vida entre las paredes de su hogar y sus tareas diarias en el barrio.
Paradise Films
Más allá de la faceta reivindicativa de votar a una película creada por una mujer, Jeanne Dielman destaca por estar rodada de una manera que se escapa de las tradiciones convencionales. La directora registra rigurosamente la rutina doméstica de Dielman. No mueve la cámara mientras ella realiza sus tareas, lo que termina por reflejar la opresión que siente la mujer.
Que Jeanne Dielman apareciera en el top 10 fue una auténtica sorpresa. Sight & Sound, como casi todas las listas de críticos, siempre votaban a Ciudadano Kane (1941), de Orson Welles, como la mejor pieza cinematográfica que existe. Ha resistido 40 años en el número uno hasta que han decidido darle un giro diferente a las valoraciones. Por ese motivo, el resultado pilló a todos desprevenidos y generó un bonito debate en torno a la propia obra, pero también a cómo la mirada masculina siempre había dominado las listas. El largometraje de Welles ocupa el tercer puesto de la lista, detrás de Vértigo de Stanley Kubrick en el segundo.
Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelle está disponible en Filmin y, hasta el próximo 22 de febrero, también en la plataforma gratuita Arte.
