Entre diciembre de 2021 y marzo de 2022 un hombre de Florida convirtió en su rutina diaria ir a ver no una, sino varias veces, porque si no no nos salen las cuentas, la misma película. Su nombre es Ramiro Alanis y la película en cuestión fue Spider-Man: No Way Home, la tercera entrega de la saga de películas del Hombre Araña protagonizada por Tom Holland.
En total, Ramiro Alanis fue a ver Spider-Man: No Way Home un total de 292 veces entre el 16 de diciembre de 2021 y el 15 de marzo de 2022, lo que le permitió hacerse con el Guinness de los Récords de mayor asistencia al cine para ver una misma película. Alanis consiguió el récord en tres meses, lo que, en cálculos del sitio web del Guinness de los Récords, supone 720 horas viendo la película o 30 días completos.
Lo más curioso sobre el récord del joven aficionado de Marvel es que no se trataba de su primera vez ostentando el récord, puesto que ya lo había logrado aproximadamente dos años antes, cuando fue 191 veces a ver Vengadores: Endgame en 2019. Sin embargo, unos meses antes del estreno de Spider-Man: No Way Home un joven francés llamado Arnaud Klein le había arrebatado el récord viendo 204 veces Kaamelott: First Instalment/Premier Vole tras invertir un verano entero en ir a ver la película.
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Según publica el sitio web de la organización, Ramiro quedó decepcionado al saber que el récord le había sido arrebatado y decidió batirlo de nuevo en honor a su abuela Juany, que falleció en 2019 antes de poderle conseguir su Récord Mundial Guinness. "Ella fue mi apoyo número uno y quiero seguir siendo el poseedor del récord", dijo. "Si alguien intenta batir mi récord de nuevo, quiero que se lo piense dos veces antes de intentarlo".
Conseguir el récord de mayor número de visionados de una misma película no solo consiste en asistir al cine a verla con una entrada, sino que Alanis tenía que cumplir con una serie de normas, como para que cada visualización contase: "la película debe verse independientemente de cualquier otra actividad", por lo que el aspirante al título no podía mirar su teléfono, echarse una siesta o ir al baño mientras se proyectaba el filme, y "la película debe verse hasta el final cada vez, incluidos todos los créditos".
Ramiro dejó de ver la película cuando los cines dejaron de proyectarla y durante los primeros días llegó a asistir a hasta 5 proyecciones en un día, lo que le provocó dolores de cabeza y pérdida de peso. Asimismo, la inversión aproximada para conseguir su logro fue de 3.400 dólares en entradas de cine.