El veterano de Vietnam Llewelyn Moss (Josh Brolin) se topa con un sanguinario escenario mientras se encuentra cazando antílopes en medio del desierto del suroeste de Texas, justo en la frontera con México, en 1980: una camioneta abandonada completamente cercada por cadáveres ensangrentados parece ser el escenario de un negocio de drogas que ha terminado de la peor manera. No muy lejos del campo de batalla, Moss encuentra una maleta que contiene dos millones de dólares que recoge sin saber que el asesino a sueldo Anton Chigurh (Javier Bardem) ya ha seguido su rastro dejando un camino de cadáveres a su paso. Sin embargo, Llewelyn no está completamente solo: El sheriff del pueblo, Ed Tom Bell (Tommy Lee Jones), sabe el peligro que corre el hombre perseguido y quiere salvarlo en un mundo que no tiene forma de contrarrestar a un asesino tan imparable.
En 2007, los hermanos Coen estrenaron la que muchos consideraron entonces y siguen considerando su mejor película: No es para viejos, un thriller neo-western que se considera no solo uno de los mejores largometrajes de los años 2000, sino de lo mejor que nos ha brindado el género en lo que llevamos de siglo.
Adaptación de la novela homónima de Cormac McCarthy de 2005 y presentada por primera vez entre las películas a competición del Festival de Cine de Cannes de aquel año, No es para viejos fue objeto de grandes elogios por parte de la crítica desde el primer momento, que escribieron auténticas maravillas sobre ella y sobre el excelente trabajo de sus actores. Además, el filme fue también fue todo un éxito a nivel comercial, puesto que recaudó más de 170 millones de dólares frente a los 25 que había costado.
Recientemente seleccionada para su preservación en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos por su valor "cultural, histórico y estéticamente significativo", No es para viejos ganó además cuatro premios Oscar de los ocho a los que estaba nominada: Mejor película, Mejor actor de reparto (Javier Bardem), Mejor director (Ethan Coen y Joel Coen) y Mejor guion adaptado.
No es país para viejos es, además, una de las cuatro únicas películas western que ha ganado el Oscar a Mejor película tras Cimarrón, Bailando con Lobos y Sin perdón y la única que lo ha conseguido en el Siglo XXI.
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"No es país para viejos está impregnada de un estilo seco y minimalista, crudo y configura un universo oscuro y violento que pone de manifiesto el germen del horror y la podredumbre moral instalada en la sociedad americana", reza sobre ella su crítica de 5 estrellas en SensaCine. "Un puñetazo de desesperanza profundamente desolador".
