Si bien el clásico de Titanic se basa en una historia real, la historia de amor bigger-than-life que protagonizaron Leonardo DiCaprio y Kate Winslet nació exclusivamente de la mente de James Cameron. Afortunadamente, no hubo ningún Jack que no cabía en la tabla y que se hundió en el fondo del Océano Atlántico. Pero, curiosamente, sí que hubo una mujer que inspiró la figura de Rose.
Resulta que Cameron escuchó la historia de Beatrice Wood, una pintora estadounidense que le dio las claves para construir a su protagonista. Nacida en San Francisco en 1893, Wood provenía de una familia de la alta sociedad. Ella siempre estuvo interesada en las artes, algo a lo que sus padres se oponían fervientemente. Finalmente accedieron a que estudiara pintura y la enviaron a París para formarse en interpretación y arte.
Beatrice no viajó en el Titanic, pero su personalidad fue la que Cameron quiso que Kate Winslet captara. Según recoge el libro Titanic: James Cameron's Illustrated Screenplay, fue la esposa de Bill Paxton -el actor que interpreta al buscador de tesoros que va tras la pista de los restos del Insumergible- la que le pasó una copia de I Shock Myself, la autobiografía de la artista.
El primer capítulo describe casi literalmente al personaje que ya estaba escribiendo para la Rose anciana... Cuando la conocí [Beatrice Wood] era encantadora, creativa y tremendamente divertida... Por supuesto, la Rose de la película es solo una refracción de Beatrice, combinada con muchos elementos ficticios

De hecho, la escena inicial de la película rinde homenaje a Beatrice. Cuando vemos a la protagonista haciendo cerámica, esto es un guiño a uno de los materiales favoritos de la artista. "Ella fue en cierta medida la inspiración para el personaje del Titanic. De hecho, la llamé y le pedí permiso para entrevistarla y usarla como modelo para este personaje, aunque Beatrice no tenía ninguna conexión con el Titanic. Me respondió: 'No puedo hacer eso, no lo hago; solo tengo 35 años'. Tenía 102 en ese momento".
Beatrice Wood murió en 1998, poco después de celebrar su 105 cumpleaños y unos meses después de que Titanic llegara a los cines. Curiosamente, Wood nunca quiso ver la película de Cameron, a pesar de que éste le había enviado una copia. Aseguró que no quería sentirse triste tan tarde en su vida.