El 15 de abril de 1990 la vida iba a cambiar para Jim Carrey. Él no lo sabía, pero sus tiempos de ser abucheado en actuaciones, hacer imitaciones ante la impasividad del público y no lograr su ansiado papel en Saturday Night Live estaban a punto de acabar gracias, precisamente, al rival de este entre 1990 y 1994: In Living Color, un programa de sketches protagonizado principalmente por personas negras que le alzó a la fama. De hecho, en la última temporada no sale tanto como en las anteriores debido a que ya estaba grabando Ace Ventura y La Máscara. Pero, por famoso que fuera, nunca se olvidó de sus orígenes.
No puede mentir
Un par de años después de que el programa terminara, Carrey estaba en Los Angeles rodando Mentiroso Compulsivo, otra pieza más en su (aparentemente) interminable línea de comedias tontorronas que triunfaban siempre en taquilla. Y eso que el guion le llegó de rebote: lo escribieron para Tom Hanks o Steve Martin, y estuvo a punto de caer en las piernas de Hugh Grant... hasta que, antes de firmar, tuvo su famoso escándalo con una prostituta en su coche.
Al final Carrey fue el actor ideal para Fletcher Reede, otorgándole una comicidad y una plasticidad que incluso entonces resultaban tan chocantes como divertidas. De hecho, la película recaudó 302 millones de dólares y le permitió resucitar a uno de sus personajes de In Living Color, el Bombero Bill, que aparece brevemente al final de la película sin mayor explicación. Solo Jim Carrey podría hacer un cameo en una película... de Jim Carrey.
Universal
Universal
Esta fue la última comedia pura de Carrey durante un tiempo, porque en años siguientes trataría de buscarse otra imagen como actor con El show de Truman, Man on the moon o The Majestic, que acabó compaginando con otras como Yo, yo mismo e Irene o Como Dios. Y todos sabemos lo que pasó: en pleno 2025, todo el mundo le sigue conociendo, aunque ahora tan solo haga de Robotnik en las películas de Sonic. ¿Veremos algún día un cameo suyo en una Sonic otra vez?