Cuando JK Rowling publicó Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, una fan se acercó a ella y le dijo que había adivinado que Severus Snape amaba a Lily Potter. Inmediatamente, la autora entró en pánico, preguntándose hasta qué punto había desvelado el gran giro que tenía programado para el último libro, en el que finalmente veríamos el posicionamiento del profesor y sus motivaciones. De hecho, tras publicar este, llegó a decir que toda la saga trataba, realmente, de las historias de Snape y de Dumbledore. Y no le faltaba razón.
Snape Escape
Sin embargo, esa fan no era la única que sabía lo que iba a pasar: al empezar Harry Potter y la Piedra Filosofal, Alan Rickman se reunió con la escritora para entender del todo al personaje, y esta le contó que había estado enamorado de Lily. Al fin y al cabo, tenía que entenderlo para comprender de dónde venía esa animadversión hacia Harry. Rickman no solo lo comprendió, sino que creó un personaje fabuloso que, además. tenía momentos de asombrosa sutileza.
Quizá el más destacable ocurra, precisamente, en la última película, Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte 2, donde Snape, junto a dos mortífagos, entra en Hogwarts y se enfrenta a McGonagall. En este duelo a pura varita, que cualquiera podría ver como una lucha sin cuartel, vemos no solo cómo el profesor desvía los hechizos para dar a sus compañeros villanos casi como si fuera sin querer, sino que al final, al echarse a volar, les roba las varitas para evitar que hagan ningún mal en el colegio. ¿Villano? Bueno, depende a quien preguntes.
Curiosamente, David Heyman, productor de la saga, estaba totalmente en contra de dividir el libro en dos películas porque le parecía alargar el chicle. Sin embargo, no le quedó otra que cambiar de opinión por lo que llamaron "mandato creativo". Lionel Wigram, productor ejecutivo, se acercó a él con el libro en la mano y le preguntó "No, David. ¿Cómo lo vamos a hacer?". No le quedó otra, viendo la extensión, que darle la razón. Y, qué demonios, a nadie le desagradan mil millones de dólares más, ¿no?