Trabajar en Hollywood es un proceso por el que muchos pasan porque ahorra muchos quebraderos de cabeza en cuando a producción y también distribución. Un gran estudio cuenta con los medios para llevar al mayor número posible de salas cualquier película, aunque cada vez más se comprueba que las que más alcance tienen son las que más pueden controlar.
No es algo exclusivo del presente, y algunas de las películas más queridas o míticas tuvieron que enfrentarse a problemas de diverso tipo por ser fuera de lo común. Jim Henson creía que había futuro para las marionetas como forma de narración a medio camino entre la acción real y la animación, y tras el éxito de los Teleñecos quiso llevarlo al siguiente nivel con la fantasía.
Un universo lleno de dudas
Con inspiración de varios clásicos del género, y toques de oscuridad, creó el fascinante mundo de Cristal oscuro, una de las películas de culto por antonomasia. Una que elaboró un universo fascinante, aunque extraño, y con ideas de bombero como hacerles hablar en idiomas nuevos con subtítulos en inglés. Se le disuadió con astucia, aunque las demandas de cambios fueron a más cuando los pases previos rebelaron confusión por parte de la audiencia.
Se demoraron conversaciones graves sobre modificar la película, pero todo cambió cuando la distribuidora original ITC Entertainment fue vendida. Los nuevos dueños vieron los resultados de las pruebas y tenían todas las dudas sobre Cristal oscuro. Sus propuestas pasaron por una inversión mínima en publicidad de la película, y también pedirle a Henson cambios radicales como regrabar la banda sonora.
Dura sólo 8 horas y la puedes ver en Netflix: una increíble y espectacular serie de fantasía que fue injustamente canceladaTodo esto le dejó claro al cineasta que sus nuevos socios no confiaban en él, y él en respuesta mostró abiertamente lo poco que se fiaba de que fueran a estrenar la película como es debido. Optó por comprar la película al nuevo propietario y hacer el estreno con su propio dinero, llevándola a unas 800 salas estadounidenses en diciembre de 1982. Su primer fin de semana dio la sorpresa tras mucho escepticismo, y acabó dando beneficios al recaudar 40 millones de dólares. Todavía mantiene el récord de cinta con marionetas más taquillera de la historia.
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