Todos hemos utilizado esta frase en algún momento de nuestra vida: lo que muchos no saben es que viene de Clint Eastwood
Sara Heredia
Sara Heredia
-Redactora jefe SensaCine
Cargada con una mente abierta y mucha curiosidad, explora cualquier documental, película, serie y miniserie que empiece a hacer ruido.

Y muchos de los que saben que sale de los labios de Eastwood se creen que es de otra película. El bueno de Clint siempre nos ha dejado regalos

Clint Eastwood ha dejado tantas imágenes y escenas icónicas en el cine que se nos escapan de las manos. El actor, director y productor comenzó en el western sin saber muy bien dónde se metía y, de repente, se convirtió en uno de los grandes héroes de la historia del séptimo arte. Ya solo con su mirada es capaz de crear un momento cargado de tensión y basta que digas un par de palabras bien tiradas para ganarse al espectador.

Precisamente Eastwood es responsable de una de las frases más icónicas del cine, la cual utilizamos habitualmente en nuestro día a día: "alégrame el día". ¿Quién no ha pronunciado estas palabras con la esperanza de recibir buenas noticias? Claro que en Impacto súbito, el filme que alberga esta frase, la connotación es diferente.

"Alégrame el día"

Toda la escena que rodea a la frase es digna de visionado. El inspector Harry Callahan -que ya venía calentito después de que la sentencia de un juicio dejara en libertad al acusado- se dirige a su cafetería habitual después de comprar un periódico. Allí pide su café negro para llevar, como todas las mañanas, y sigue con su día con normalidad. Es entonces cuando se da cuenta de que su café tiene azúcar -¿por qué iba Loretta, la camarera que ya conoce sus gustos, echarle azúcar cuando sabe que nunca lo toma?- y regresa a la cafetería para encontrarse a Loretta en apuros.

La camarera se ha convertido en el rehén de un ladrón y Harry no piensa permitirlo. Después de un breve intercambio de palabras, comienza la acción y, encañonando al criminal, el protagonista dice la mítica frase: "Anda... alégrame el día".

La línea se convirtió en sinónimo de Eastwood y el personaje de Harry Callahan, inmortalizándola en la cultura popular. Ronald Reagan, expresidente de Estados Unidos, llegó a utilizarla en uno de sus discursos y el propio Eastwood, que fue alcalde de Carmel-by-the-Sea en los años 80, también recurrió a ella y repartió pegatinas para los parachoques de los coches entre los vecinos de la localidad. En nuestro día a día no solemos enfrentarnos a situaciones como la que vive Harry Callahan, pero eso no quita que utilizamos esas palabras de vez en cuando.

Impacto súbito consolidó a Eastwood como una gran estrella de Hollywood, además de como director, porque fue un éxito absoluto en taquilla. Alcanzó 150 millones de dólares en todo el mundo para un presupuesto de 22, lo que fue suficiente para convertirse en el título más taquillero de la franquicia Harry el sucio. La crítica no la valoró demasiado en un principio, pero nadie puede negar el enorme legado que ha dejado en Hollywood.

Por cierto, hay personas que suelen asociar la frase a Harry a otra película de la filmografía del actor, Harry el sucio, pero es una creencia errónea, como que Darth Vader dijo "Luke, soy tu padre", cuando en realidad lo que pronunció fue "No, yo soy tu padre".

FBwhatsapp facebook Tweet
Links relacionados