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    Andy Warhol, un cineasta "underground"

    Amado por unos y odiado por otros, su incursión en el séptimo arte nos ha dejado cintas como 'Sleep', 'Empire' o 'Chelsea Girls', obras que sobrepasaron los límites establecidos y que, como no podía ser de otra manera, no dejaron indiferente a nadie.

    Para el mundo del arte el 6 de agosto tiene un círculo en rojo en el calendario y es que tal día como ese en 1928 venía al mundo Andy Warhol, o lo que es lo mismo, el padre del "pop art". Cuando se cumplen 80 años de su nacimiento, en Sensacine queremos recordar la figura de este artista multidisplinar que tiene un lugar reservado en la historia del cine.

    Fue por los años 60, tiempo en que el cine de Hollywood comenzó a experimentar el "todo vale" en carne propia, cuando el artista de cabellos blancos se enfundó su 16 mm y convirtió la legendaria Factory, un almacén en la neoyorquina 47th street, en un estudio de cine del que saldrían algunas de las cintas más radicales de la época.

    Infringiendo la ley del cine

    Sin abandonar la creencia absoluta en la banalidad del arte, el polémico artista filmaba, con su cámara inmóvil durante horas, todo lo que sucedía a su alrededor. La falta de guión, argumentos y la ley del mínimo esfuerzo como bandera, caracterizan una técnica bautizada como vanguardista de la que salieron cintas que renuncian por completo a toda convención del lenguaje cinematográfico.

    Entre 1963 y 1968 filmó más de 300 horas de celuloide de las que salieron films como 'Sleep' (1963), donde rueda a un hombre dormido durante seis horas o 'Empire' (1965) ocho horas de plano fijo sobre el rascacielos Empire State Building desde el piso 44 del edificio Time-Life. Empalmes de bobinas convertidos en películas donde no ha lugar al montaje, tan sólo a la experimentación.

    Afán provocador

    El mismo Warhol apelaba a la pasividad del espectador al afirmar que viendo sus películas "se pueden hacer más cosas que viendo otras películas". "Se puede comer y beber, fumar, toser, mirar a otro lado y luego volver a mirar hacia la pantalla para darse cuenta de que todo sigue estando allí", añadía de forma irónica el controvertido artista.

    Con el tiempo, se sintió seducido por las posibilidades expresivas que le brindaba el séptimo arte y así, en 'Chelsea Girls' (1966), retrato de la vida cotidiana de los huéspedes del Hotel Chelsea, o en 'Nude Restaurant' (1967) recurrirá a la movilidad de la cámara así como al corte y empaste de planos.

    'Kiss', 'Haircut nø 1', 'Eat', 'Blow Job', 'The Soap Opera', 'Mario Banana', 'Screen Test #1', 'Horse', 'Harlot', 'Vinyl', 'Kitchen' o 'Beauty nø 2', son otros de los títulos que forman parte de la obra experimental del peculiar cineasta, todos ellos impregnados del omnipresente afán provocador del que siempre hizo gala el genio Andy Warhol.

    María Munín González (Fuente: Elcorreodigital.com)

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