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    Kim Jee-woon inunda de sangre el Kursaal

    Crónica del día 19/09/2010. En el menú de hoy: ración doble de torturas y asesinatos de la mano de Kim Jee-woon y una película de gangs juveniles escocesas de los setenta que ha firmado Peter Mullan.

    Tercer amanecer en San Sebastián. Por los corrillos del festival las conversaciones son de lo más tronchantes: "Tenían que haber traído la de Icíar, no estas películas rollo" o "no entiendo porque han rechazado la película de Fernando (León de Aranoa) para acabar poniendo un documental sobre Maragall"; y digo tronchantes, por trampear el sarcasmo. Entre otras cosas porque el festival jamás hace público qué películas rechaza -por lo que son los propios responsables de la cinta los que lo hacen público- y, además, porque (tal y como dijimos al arranque) creemos que la apuesta del festival por el cine español más arriesgado es de las mejores decisiones que Donosti ha tomado nunca. Nuestras felicitaciones por ello.

    En SensaCine somos fans de Kim Jee-Woon desde que en el año 2002 le descubrimos con una de las piezas que conformaban el aterrador tríptico 'Three' (titulado 'Memories', una auténtica maravilla) y hemos seguido su filmografía con creciente (y desconcertante) interés: '2 Hermanas (A Tale Of Two Sisters) (Janghwa, Hongryeon)' (2003), 'A Bittersweet Life (Dal kom han in-saeng)' (2005) y 'El bueno, el malo y el raro (Joheunnom nabbeunnom isanghannom)' (2009). Ahí es nada: una peli de terror con niñas protagonistas, un noir estilizado y ultraviolento y un sushi-western en clave paródica pero con alucinantes secuencias de acción. ¿Y cuál ha sido el siguiente paso de este nuevo punk del cine coreano? Pues lo que vimos ayer en la sección oficial competitiva de San Sebastián, la bizarra, aterradora y desquiciada 'I Saw the Devil': un torture porn salido de madre que funciona más por la acumulación de bestialidades que por la lógica de la trama en sí. Historia de venganza, con un punisher al que han asesinado a su joven (y embarazada) mujer y un villano a modo de psicópata enfermizo (al que da vida Choi Min-sik, recordado por ser el protagonista de 'Oldboy (Old Boy)') incapaz de sentir dolor emocional. El resultado: castigo genital a base de martillo, rotura de tendones con bisturí, canibalismo, guillotinas, todo tipo de inimaginables vejaciones... pero claro, todo ello, filmado con ese extraño sentido del humor, tan coreano, que convierte lo aberrante en tronchante, lo inmoral en espectáculo. El público se escandalizó y se encandiló a partes iguales: los que no abandonaron el Kursaal, al final, aplaudieron a rabiar.

    El director Peter Mullan en la rueda de prensa

    También se presentó en competición la escocesa 'Neds (Neds)' (acrónimo de "Non Educated and Delincuents"), segundo largometraje como director del intérprete Peter Mullan (con su anterior película, la excesiva 'Las hermanas de la Magdalena (The Magdalene sisters)', se alzó con el León de Oro en el Festival de Venecia); en lo que resultó una película mucho más interesante de lo que se preveía a priori: un film de gangs juveniles escocesas de los setenta retratando la perra vida de los jóvenes encerrados en un eterno círculo de violencia. Aproximación realista a un grave problema social que Mullan resuelve tirando de (los mejores) clásicos británicos: de Lindsay Anderson a Terence Davies (en la entrevista que nos ha concedido ha citado también a Alan Clarke y el primer Ken Loach). Buen retrato de la vida en el ghetto en una trama que revisita claramente 'Los cuatrocientos golpes (Les Quatre cents coups)' (1959) y con un equilibrio bastante inteligente entre los problemas de tipo doméstico, la marginación escolar, el descreimiento político y las peleas a cuchillazos de cortar el pan. Una agradable sorpresa pese a que no podamos perdonarle la única escena no-realista de la película: una en la que se ve a Jesucristo bajar de la cruz y pegarse con el protagonista. Mal, eso, mal.

    Música de fondo: MGMT

    Alejandro G.Calvo

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