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    Cannes 2013 se pone hardcore: prostitución (Jeune & Jolie), torturas (Heli) y sexo explícito gay (L’inconnu du lac)

    En una jornada sin grandes nombres lo que ha triunfado es el cine más provocador. Desde el erotismo soft de François Ozon a la bizarrada en clave de thriller cómico de Guiraudie y el siempre terrorífico Amat Escalante.

    Como los horarios empiezan  a descuadrarse a la vez que las películas se van acumulando es probable que esta crónica de hoy difiera de la de mis compañeros en Cannes. Y es que ciertamente complejo lograr cuadrar con cierta coherencia un horario de proyecciones cuando uno tiene que cubrir cuatro secciones distintas del certamen (cada una en un lugar distinto de la Croisette: Sección Oficial, Un certain regard, Quincena de realizadores y Semana de la crítica) mientras que lidia con junkets de prensa de lo más rocambolesco (los periodistas que cubrieron las entrevistas de El gran Gatsby estuvieron cinco horas en un hotel en la otra punta de la ciudad). Así que por eso de dar coherencia a la crónica de hoy, en vez de optar por las películas de la jornada he decidido abordar aquellas cuyo contenido resulta, como mínimo, llamativo por la temática abordada: Jeune & Jolie, de François Ozon (sección oficial), que cuenta la historia de una joven de 17 años metida a prostituta por voluntad propia; Heli, de Amat Escalante (sección oficial), donde se expone en primer plano la cruda violencia derivada del contrabando de drogas en México; y, finalmente, la muy loca L’inconnu du lac, de Alain Guiraudie (Un certain regard), un thriller chiflado y brillante en una playa de chaperos homosexuales. Pero antes, si quieres ver nuestras entrevistas al reparto de El gran Gatsby –Leonardo Di Caprio, Tobey Maguire, Carey Mulligan- no dudes en pinchar aquí. Una exclusiva 100% SensaCine.

    François Ozon y la nueva lolita del cine francés, Marine Vatch

    No soy especialmente fan del cine de francés François Ozon, un realizador demasiado obsesionado con deslumbrar con sus juegos narrativos, que van de lo simpático a lo pueril, y cuyas virtudes varían en demasía de una película a otra. Quizás es una mera cuestión de ego o de ambición desmedida el hecho de que su carrera bascule tanto, porque lo cierto es que sí tiene un puñado de buenas películas a las que entregarse: Gotas de agua sobre piedras calientes, Swimming Pool, 5x2, En la casa… y, ahora, Jeune & Jolie. Película pequeña, escueta y lo suficientemente inquietante e incómoda como para ser disfrutable, Ozon parece revisitar Belle de jour, de Luis Buñuel, con la historia de una joven entregada a la prostitución “de qualité” sin que haya ningún razón aparente para ello: ni la falta dinero, ni amor, ni amigos, ni familia que la apoye. La protagonista de Jeune & Jolie, interpretada por una bellísima nueva Lolita cinematográfica llamada Marine Vatch, parece disfrutar de la perversión por la perversión –no sólo la sexual, puesto que también trata de confundir y atacar a familiares y amigos-, sin rastro de lujuria aparente, mostrándose humana únicamente a través de la melancolía de su mirada. Película pequeña, modesta y efectiva, seguramente esté muy lejos del nihilista socarrón que era Buñuel –de hecho, ni siquiera se acerca a la mala leche que destilaba Claude Chabrol en sus ataques a la burguesía acomodada-, pero es precisamente en esa  falta de pretensión y en lo destilado y pulido de su empaque, donde se alza como un film notable.

    Amat Escalante junto a Armando Espitia y Andrea Vergara, equipo de Heli

    El director mexicano Amat Escalante, ganador del premio FIPRESCI en Cannes 2005 por Sangre, ha presentado a competición Heli, un nuevo retrato sin fisuras ni cortapisas de la cruenta violencia que habita en ciertas partes de la sociedad mexicana. Producida por Carlos Reygadas, Heli cuenta el terrible castigo que infringe un grupo de narcos militarizados a una familia que, de forma accidental, se ha visto envuelta en sus tejemanejes. Lo más llamativo de la cinta, claro, es la parte central de la misma, donde el espectador no tiene más remedio que contemplar horrorizado un seguido de torturas de lo más salvaje (y en primer plano) que van desde palizas, tiroteos, asesinatos y, lo más brutal de todo (por nunca visto): la cremación del miembro viril de un pobre infeliz (me decía el crítico Jaime Pena que toda la película parece hecha para poder mostrar esa escena). Todo ello contado con la frialdad del Haneke de los 90 y con el habitual buen pulso de su director: quién haya visto Los bastardos, recordará la perfecta fusión entre lo terrorífico del argumento y lo estilizado de la puesta en escena. Escalante juega a crear desasosiego pero jamás siendo gratuito o incoherente. Si algo falla en Heli no es el uso de la violencia extrema sino de ciertos aderezos que van desde el gag cómico –una teniente de policía trata de meter la cabeza del sufrido protagonista entre sus grandes pechos- a una coyuntura moral ciertamente extraña –el mismo chico es incapaz de tener relaciones sexuales con su mujer… hasta que logra matar a alguien-. Tonterías que no benefician a una película que cumple en su cometido de ser un retrato visceral y extremo de ese México salvaje del que hablaba Bolaño en 2666 o, por seguir con películas, el retratado en la más reciente Miss Bala, de Gerardo Naranjo.

    Cerramos con la tan genial como delirante L’inconnu du lac, de Alain Guiraudie, el mismo terrorista cinematográfico que firmó Le roi de l’evasion (ganadora del Premio Especial del Jurado en el Festival de Gijón de 2009). Guiraudie, ligeramente ebrio, presentó la película en el Palais Debussy con todo los miembros del reparto en escena: 23 personas entre extras “naturistas” (en la película prácticamente sólo aparecen hombres desnudos) y productores, mientras hacía un incomprensible speech y se tambaleaba chocándose con el mismísimo director de Cannes, Thierry Frémaux. La película versa alrededor de un asesinato cometido en la playa de un lago donde sólo van hombres, por lo general, en busca de sexo rápido entre los bosques de la zona. Con abundante sexo explícito –coitos, felaciones y eyaculaciones en primer plano- y un desarrollo de lo más cómico –los personajes secundarios son para enmarcar-, la película acaba por transformarse en una insólita historia de amor masoquista entre el asesino y el único testigo del homicidio. Una combinación explosiva llevada a buen puerto gracias al buen hacer de su realizador y la absoluta libertad que respira la obra. Tan chocante, como necesaria.

    Música de fondo:  Charlie Haden

    Alejandro G. Calvo

    + Todas las crónicas de Cannes 2013 by Alejandro G. Calvo

    Día 1: Los fuegos de artificio de 'El gran Gatsby' sirven de chupinazo de salida del festival

    Día 2: Las ladronas pijas de Sofia Coppola dan la nota en 'The Bling Ring'

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