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    Julio Medem ('ma ma'): "Tengo una especie de niño interior que no crece nunca, que juega y que me propone cosas"

    La película protagonizada por Penélope Cruz, junto a Luis Tosar y Asier Etxeandia, llega a los cines el próximo 11 de septiembre.

    Después de Caótica Ana y Habitación en Roma, Julio Medem regresa a las salas de cine con ma ma, una historia que, aunque tiene al cáncer como protagonista, quiere mandar un mensaje optimista al espectador: "quería que el público se diese cuenta de que está vivo". En la presentación de la película en Madrid, el director español nos cuenta cómo le llegó la idea para hacer la película, su experiencia trabajando con Penélope Cruz -después de tres intentos- y sus ganas de revisitar otros títulos de su filmografía.

    Es difícil hacer una película sobre el cáncer sin caer en el drama puro y duro y ma ma lo ha conseguido, ¿cómo has trabajado este tema?

    Al principio, lo más importante desde que te planteas una historia es localizar el punto de vista, desde dónde vas a contar una historia. Hay que mantenerse a partir de ahí. Es un proceso de medida muy, muy delicado y muy exhaustivo, pero también tienes que estar estimulando a tu equipo y decirles cómo es la mirada y desde dónde vamos a contar la historia. En este caso, estaba la aparición de alguien importantísimo, que es Penélope Cruz. Yo había intentado trabajar con ella en tres ocasiones y no pudo ser... Ella me dijo que si yo estaba enfadado, pero yo nunca me he enfadado. Pero a partir de su llegada, fue un estímulo enorme, el hecho de saber que iba a ser Penélope Cruz. También ocurre que mis historias nacen en un lugar que tiene que ver más con mi inconsciente que mi consciente, o sea, surgen de una forma... Tengo una especie de niño interior que no crece nunca, que juega y que me propone cosas. Tiro un poco de ahí. A veces me pasa que, con cada idea, hay una primera imagen muy fuerte que me llama la atención y me sugiere que dentro hay una historia fascinante que no conozco y que tengo que buscar. No parto de la realidad, la realidad para mí no es un lugar de inspiración. Cuando voy a escribir el guion, tengo que aterrizarlo bien, hacerlo más real y Penélope me ha ayudado mucho en esa fase de aterrizar, de hacer muy real y muy sencillo al personaje. La premisa de esta película es: "¿qué pasa con la vida cuando puede aparecer la muerte?" Si pones esa posibilidad de muerte muy cerca, en un horizonte cercano, la vida que hay en medio coge una potencia y unas ganas enormes. Todos los personajes son buenos, por lo tanto, el antagonista de esta película es el cáncer. Ese es el maligno. Los personajes no son culpables, son víctimas nada más.

    Lo onírico es muy importante en la película, ¿cómo consigues encajar esas partes en una película tan realista?

    Realmente no es onírico, es lo inconsciente. Ella está en la consulta del ginecólogo, cuando le dicen que le van a hacer la masectomía, y hay una niña. De pronto surge un sentimiendo de miedo en ella y está viendo a una niña rusa. En la siguiente visita ya pregunta quién es: la niña que el ginecólogo quiere adoptar. Estos casos son muy reales, a veces son casi hiperreales, porque esos mensajes del inconsciente nos conectan mucho más. Luego llega un momento en que para ella el miedo deja de estar porque cae en la cuenta de que puede que no esté dentro de un tiempo. Entonces, vuelve hacia atrás, se queda fría, azul... Está mirando a la niña y la trae ella de su miedo a morir, del coraje. Ahí tiene el coraje poético de quedarse embarazada. Ahí crece, ya no vuelve a ver ese miedo. Todo a partir de ahí genera otra dimensión.

    También cuentas algunas partes desde dentro del cuerpo de Magda...

    Sí, saca mucho del alma, del cuerpo, del alma sin cuerpo, ese cuerpo que está enfermo pero puede tener calidad de vida... Esas imágenes vienen un poco de la primera imagen que me vino y de las que hablaba antes. En un museo en Dusseldorf hay una escultura de una mujer de bronce que parece que le está saliendo una masa maligna y otra que podía ser un niño... Están ahí retorciéndose de dolor... Se me quedó grabada aquella imagen y está un poco en el origen de la película. De ahí empecé a escribir el personaje de Magda y su tragedia, a la que ella insufla vida.

    El personaje de Luis Tosar es católico, algo no muy habitual en el cine español, ¿Arturo y el resto de personajes responden a alguna experiencia tuya personal?

    Yo me he criado en una familia católica, como casi todos, pero yo no soy creyente, aunque respeto a todo el mundo. Trabajando con Luis su personaje me decía "gracias a Dios que creo en Dios" porque le ocurre una tragedia enorme y los creyentes tienen la suerte de decir que tienen a Dios, todo eso es casi una bendición, por así decirlo. Como actor, lo entendió perfectamente y entró a trabajarlo. Una cosa muy importante que le dice Magda a su hijo es que no se quede con lo que le dice ella, que escuche por todas partes, a todo el mundo, a Arturo, a Natasha y que saque sus propias conclusiones. Este mensaje me parece muy importante.

    La película también tiene una lectura social, ¿viene desde el origen o quisiste meterlo después?

    Viene después. No estaba en el primer guion que escribí, el que guardé en un cajón durante ocho años hasta que Penélope me lo pidió. Aunque es una historia de personajes, muy íntima, yo digo que es de "ultraintimidad", me pareció interesante meterlo. Son tres adultos y un niño, no hay más, y los dos hombres, que son dos desconocidos, viven de espaldas al resto del mundo. Este aspecto fue algo que ya utilicé en Los amantes del Círculo Polar. Aunque viviesen de espaldas al mundo, sí me pareció interesante que por dos rendijas aparecieran dos hechos que estaban pasando en el verano de 2012 y que eran muy representativos de España. Por un lado éramos los mejores del mundo y estábamos en la final de la Eurocopa y, sin embargo, económicamente estábamos en un agujero, estábamos a punto del colapso económico. Esas situaciones unidas me parecía que eran expresivas y cuentan una historia sin llegar a juzgar.

    Ya que has mencionado Los amantes del Círculo Polar, ma ma recuerda mucho a las primeras escenas de la película, ¿has pensado en algún momento revisitar alguno de tus títulos y volver a hacer una de tus películas?

    Yo siempre quiero alejarme mucho de lo anterior. Siempre que he hecho una película, al terminarla, me vacío tanto... Tengo un agujero enorme que tengo que ir llenando con otra película. Pero el otro día estuve con alumnos de la TAI y, de pronto, muchos me hacían asociaciones entre mis películas, algo que no es mi intención. Sin embargo, sí voy a hacer una continuación de Lucía y el sexo, Lucía, sexo sin amor, en la primavera verano de 2016. He escrito un guion en el que vemos a los personajes de Lucía cuando han pasado ya 16 años. Me lo propuso Paz Vega en diciembre y me apetecía saber qué ha pasado con esos personajes. ¡Ahora Lucía tendrá casi 40 años!

    Hay elementos de ma ma que recuerdan a Almodóvar, ¿le has tenido en la cabeza alguna vez al rodar?

    Pedro siempre ha estado un poco dentro de mi cabeza, desde que empecé. Siempre me ha gustado mucho, me parece un artistazo y le admiro mucho. Entonces, claro que me ha podido influir. Tampoco es una película muy de Almodóvar pero, está Penélope. A veces ella quería hacer una toma más y al verla me recordaba a una película de Pedro Almodóvar, lo cual es normal, pero me gustaba. Ella se dejaba dirigir muy bien, aportando, pero se dejaba dirigir muy bien.

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