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    Jeanne Herry ('En buenas manos'): "Los servicios sociales son héroes porque con su trabajo salvan vidas"

    La segunda película de la cineasta ahonda en los procesos de adopción a partir de una historia de multiples protagonistas, centrada en la labor de estos profesionales.

    No es nada habitual ver historias de adopción en el cine, pero la cineasta francesa Jeanne Herry ha puesto el foco en este tema con En buenas manos y para hablarnos del encuentro entre un recién nacido y su madre adoptiva a partir de la cuidadosa labor de los trabajadores de los servicios sociales de adopción.

    Con un reparto coral formado por Sandrine Kiberlain (Custodia compartida), Gilles Lellouche, Olivia Côte (Vacaciones con mamá) y Élodie Bouchez (Gaspard at the Wedding), En buenas manos llega hoy ha nuestras salas tras haber arrasado en la cartelera francesa. En SensaCine hemos hablado con Jeanne Herry y con Olivia Côte sobre esta película que reivindica el papel de los profesionales en algo tan delicado como la vida de un menor.

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    La adopción es un tema atípico en el cine. ¿Por qué te has fijado en esta cuestión para tu segunda película, 'En buenas manos'?

    Jeanne Herry– Hay películas sobre la adopción, pero casi todas hablan de esa búsqueda del origen, porque normalmente cuando se habla de la adopción es para contar la historia de un adulto que sabe que es adoptado y quiere saber cuáles son sus orígenes. En mi caso, he querido estudiar el momento, el principio de todo, cuando una madre decide dejar a su bebé en adopción y llega a los brazos de otra madre. Ese período de vida casi nunca se enseña en el cine.

    Hablas de que 'En buenas manos' muestra el principio de la adopción, pero también nos enseña el proceso.

    Jeanne Herry– Exactamente. El objetivo de la película era mostrar el colectivo que enmarca a estas personas que sufren: la madre que no puede tener al niño al que acaba de dar luz, y la madre que quiere ser madre y biológicamente no puede.

    ‘En buenas manos’ es también una película que humaniza ese proceso administrativo que supone dar un hijo en adopción y adoptar, y la película es muy rica en detalles. ¿Cómo fue la etapa de investigación y documentación?

    Jeanne Herry– Me interesaba estudiar a esta gente tan implicada en la cuestión de la adopción, al colectivo que hace que se ponga en movimiento esa cadena de acciones. El punto de partida fue un detalle tan concreto como tan significativo como que la madre biológica prefiere mantenerse en el anonimato, y para dar forma a la película me documenté durante tres, cuatro meses, entrevistando, sobre todo, a los profesionales del sector. Es curioso, porque hablan de su trabajo en términos de tener una misión que cumplir, y creo que hay una dimensión de aventura, novelesca, en esa palabra, en el término misión. Son profesionales cuyo trabajo es muy útil e importante y puede hasta ser considerado como heroico, porque salvan vidas. Quería estudiarles en detalle.

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    Olivia [Côte], justamente, encarnas a una de estas heroínas de los servicios sociales del estado francés. ¿Cómo trabajó las emociones tan complejas a las que tienen que enfrentarse estos profesionales?

    Olivia Côte– Conocí a varias profesionales de los servicios sociales, y en concreto una mujer que se llama Odile Roudaut, y nos hicimos muy amigas. Es una mujer muy íntegra, sencilla en la relación con la gente, y recuerdo un día que estuvimos paseando por el mar, en el que conversamos mucho. Se da la circunstancia de que ambas somos del mismo pueblo… En fin, me impregné de la empatía de Odile, de su comprensión por la situación del otro y a la vez de su capacidad de distanciamiento, y, gracias a la gran dirección de Jeanne, construí mi personaje.

    Pensé que entre tantas actrices sería bueno incluir a un hombre, porque cinematográficamente era muy interesante: vemos a un hombre viril, ¡al actor más viril de Francia!, volcado en ese aspecto maternal, la dulzura, la piel, y al mismo tiempo es un cuerpo muy sólido y fuerte.

    Uno de los giros interesantes de ‘En buenas manos’ es el personaje de Gilles Lellouche, un padre de acogida, porque nos recuerda que la adopción y la crianza no es solo cuestión de la mujer. ¿Cómo llegó a incluir ese papel en la película?

    Jeanne Herry– De hecho, no hay muchos hombres cuidadores en los servicios sociales –el 95 por ciento de los profesionales de este sector son mujeres–, pero tengo que confesar que incluí ese personaje masculino por una cuestión de fotogenia y no para informar o reivindicar cuestiones de roles de género. Pensé que podía tener muy buenas escenas en la película y pensé que entre tantas actrices sería bueno incluir a un hombre, porque cinematográficamente era muy interesante: vemos a un hombre viril, ¡al actor más viril de Francia!, volcado en ese aspecto maternal, la dulzura, la piel, y al mismo tiempo es un cuerpo muy sólido y fuerte. Algo que me fascina de este colectivo es que aporta mucha solidez a una vida que se encuentra en un momento muy frágil, y el bebé está en un momento de suspenso, de tiempo suspendido, y quería que llegara a unos brazos muy fuertes. Me pareció pertinente tener a un bello cuerpo masculino en medio de un ballet femenino.

    Si la madre que da en adopción asume cuanto antes la situación y se despide de su hijo de una manera más o menos cariñosa (cogiéndole en brazos, hablándole), la adopción es más fácil. Cuanto más tensión, ambivalencia y desgarre por parte de la madre, más duro será para el bebé.

    ¿Es tan relevante para el desarrollo de un recién nacido hablarle desde casi antes de nacer, o, como se ve en la película, que la madre biológica se despida su bebé?

    Jeanne Herry– Los profesionales de los servicios sociales dicen que si la madre que da en adopción asume cuanto antes la situación y se despide de su hijo de una manera más o menos cariñosa (cogiéndole en brazos, hablándole), la adopción es más fácil. Cuanto más tensión, ambivalencia y desgarre por parte de la madre, más duro será para el bebé. Es como si ese recién nacido tuviera que pedir permiso para volver a relacionarse, y cuando un bebé comienza a tener problemas relacionales, los profesionales siempre se preguntan qué ocurrió durante el embarazo o cuando se entregó al bebe. El recién nacido, por su parte, tal vez sienta que hay algo que no se ha acabado, que no se ha cerrado un vínculo... En fin, también es cierto que este tipo de conflictos relacionales no son muy habituales, pero En buenas manos es una película y necesitaba mostrar que un problema para el desarrollo de los personajes y de la película.

    En un momento en que las personas tiene hijos cada vez más mayores, y existen diversas opiniones sobre lo largos que son estos procesos de adopción, ¿cuál es su visión al respecto?

    Jeanne Herry– Es cierto, las mujeres y los hombres tienen cada vez mas problemas para tener hijos. Quiero decir, cada vez es mas difícil tener un hijo propio. Se intenta de varias maneras, se recurre a muchas técnicas de fecundación in vitro, etcétera, y en el ultimo momento, cuando se ha pasado por esas etapas, se acude a los procesos de adopción. El problema es que hay muchas personas que quieren adoptar niños, pero no hay tantos niños huérfanos, y esa alta demanda provoca que estos procesos sean en ocasiones muy frustrantes.

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