"En los años 90, cuando estaba estudiando en el instituto, descubrí el cine de Paul Morrissey", cuenta Armand Rovira, quien estrena el viernes 29 de noviembre Letters to Paul Morrissey, ópera prima dedicada al mítico cineasta de la órbita Factory de Andy Warhol e icono del cine underground. "Entonces era más de escuchar música que de ver cine, y me gustaba mucho The Velvet Underground. Una cosa me llevó a la otra y así llegué al cine de Morrissey, que vi por primera vez en un VHS editado por Manga Films", rememora sobre su primer contacto con la obra de ese mítico cineasta.
Letters to Paul Morrissey se estrena hoy en salas seleccionadas, de Cineteca Madrid a Cinemes Girona, Zumzeig, CineCiutat Mallorca y Cines Albéniz de Málaga entre otras, y es una película con la que Rovira quiere agradecer al director de Flesh, Trash y Heat la gran influencia que ha ejercido en su trayectoria desde esa primera toma de contacto con su cine hace ya más de 25 años. "Contacté con Morrissey y le plantée realizar unas correspondencias al estilo de las que se enviaron Jonas Mekas y José Luis Guerín, pero, aunque la idea le gustaba, me dijo que no podía hacerla porque ya era muy mayor", explica Rovira.
A pesar de que Paul Morrissey no pudo colaborar plenamente, su espíritu planea por toda la película y la idea de cartas filmadas también forma parte del corazón de este particularísimo filme. Rovira plantea una historia dividida en cinco episodios cuyo denominador común es Morrissey, destino al otro lado de la pantalla de una serie de misivas escritas por cada uno de los protagonistas de esos cinco episodios: el primero es la historia de un hombre en busca de la fe y con el Valle de los Caídos como escenario; en el segundo, el mismísimo Joe D’Alessandro habla sobre qué ha supuesto ser adicto a las drogas a partir de la lectura de varios fragmentos al azar del Yonki, de William Burroughs; el tercero sigue a una actriz en decadencia; el cuarto es una historia de vampiros, co-dirigida con Saida Benzal; y el quinto es el relato de una mujer con una enfermedad auditiva.
D.R.
Filmada en celuloide en blanco y negro, Letters to Paul Morrissey es una apuesta a contracorriente tanto dentro del cine generalista como del cine independiente. "En el cine contemporáneo más de arte y ensayo hay una tendencia a la contemplación, a que el montaje apenas se note, y en Letters to Paul Morrissey yo apuesto por lo contrario: por unas historias muy cercanas que hablan de la vejez, del paso del tiempo y de la enfermedad, y por un montaje narrativo ágil y de colisión", afirma Armand Rovira.
Un cine experimental para todos los públicos
Bordeando el cine de vanguardia y otros géneros como el cine fantástico, Armand Rovira confía con Letters to Paul Morrissey en "sacar del cajón el cine experimental". "Todo es cine", apunta. "Yo quiero llegar al público general, mezclar historias y relatos dramáticos con el cine de formas más artísticas", señala. Una ambición que parece quedar confirmada por las palabras de nuestro crítico Carlos Losilla, para quien la cinta de Rovira es "una de las películas españolas más sugerentes del año".
Letters to Paul Morrissey llega el 29 de noviembre a salas seleccionadas, y en el caso de su primer pase en Cineteca Madrid se ha programado un epílogo especial porque tras el tiempo dedicado al debate con el público la banda Petróleo, liderada por el inclasificable Ignatius Farray, ofrecerá un concierto tocando canciones de The Velvet Underground.
