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    Bailes, burlas y un guiño a Dalí: 10 anécdotas para celebrar los 30 años de 'El silencio de los corderos'

    Celebramos el aniversario del estreno de la película protagonizada por Jodie Foster y Anthony Hopkins con un recopilatorio de datos curiosos sobre su producción.

    El tiempo vuela y, aunque te cueste creerlo, El silencio de los corderos acaba de celebrar su 30 aniversario. La magistral adaptación a la gran pantalla de la novela homónima de Thomas Harris, dirigida por Jonathan Demme, se estrenó en Estados Unidos el 14 de febrero de 1991. El filme, ganador de cinco Oscar, tuvo una excelente acogida entre el público y la crítica, gracias a su maravilloso guión, a la excelente dirección de Demme y, por supuesto, a las brillantes interpretaciones de Anthony Hopkins y Jodie Foster, como Hannibal Lecter y Clarice Starling. Desde entonces, es inevitable pensar en ambos actores y no imaginártelos en la piel del despiadado criminal y la joven agente del FBI.

    Pero, ¿sabías que Hopkins y Foster no fueron las primeras elecciones del realizador? Jonathan Demme tenía en mente a otros actores para los papeles principales de la película, aunque por diversas razones no pudo contar con ellos. Este es uno de los detalles curiosos, que rodearon la producción de El silencio de los corderos, pero no el único. ¿Sabías que Hannibal Lecter aparece en pantalla menos de 25 minutos? ¿Y que el baile de Buffalo Bill no estaba en el guión? Para dar rspuesta a estas y otras preguntas hemos recopilado 10 datos curiosos relacionados con el oscarizado largometraje.

    1. Gene Hackman pudo ser Hannibal Lecter

    Y no porque fuera la primera opción de Jonathan Demme, sino porque el actor, ganador de dos Oscar, ya le había echado el ojo a la novela de Thomas Harris, poco después de su publicación. Gene Hackman le propuso a Orion Pictures la adquisición de los derechos de libro, con la intención de dirigir y protagonizar su adaptación a la gran pantalla. Sin embargo, su último largometraje, el drama Arde Mississippi, dirigido por Alan Parker y producido por Orion, dejó a Hackman bastante tocado psicológicamente, y prefirió desligarse del proyecto. Curiosamente, y pese a su interés por ponerse detrás de las cámaras en El silencio de los corderos, el actor nunca ha llegado a sentarse en la silla del director.

    2. ¿Jodie Foster como directora?

    La aclamada novela de Thomas Harris, ganadora del Premio Bram Stoker en 1988, también llegó a manos de Jodie Foster. La actriz quedó tan fascinada con la trama narrada en ella, que se planteó la posibilidad de comprar los derechos para llevarla al cine. Lástima que Gene Hackman se adelantó, y Foster tuvo que conformarse con entrar a formar parte del proyecto como la protagonistas femenina, Clarice Starling. La intérprete quiso sacarse la espinita de la dirección, y unos meses más tarde de la llegada a las salas de El silencio de los corderos, se estrenaba su primer largometraje como realizadora, el drama El pequeño Tate.

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    3. Michelle Pfeiffer rechazó el papel de Clarice

    El sueño de Jodie Foster de participar de alguna manera en la producción de El silencio de los corderos estuvo a punto de truncarse. El motivo no fue otro que el interés de Johantan Demme en Michelle Pfeiffer para el papel de la agente del FBI, Clarice Starling. La actriz leyó el guión, y tras conocer la macabra historia que se narraba en él, decidió rechazar el papel. Recientemente, Pfeiffer ha confesado, en una entrevista a The New Yorker, que había demasiada "maldad en esa película" y que le "alteraba demasiado". 

    4. Jonatham Demme no quería a Jodie Foster

    Desde luego, la entrada de Jodie Foster en el proyecto no fue un camino de rosas. Tras haberse quedado con las ganas de ponerse a los mandos, conseguir el rol protagonista también le costó algún que otro disgusto. Después de recibir la negativa de Michelle Pfeiffer, el realizador neoyorquino, fallecido en abril de 2017, se fijó en Meg RyanLaura Dern como candidatas a meterse en la piel de la agente Starling. Al parecer, según declaró el propio Demme, cuando se le ofreció participar en el filme, Ryan se sintió bastante molesta. Con Dern ocurrió lo contrario, su popularidad era tan escasa que fue vetada por los productores de la cinta.

    Tras estas tres negativas, el realizador, que en un primer momento consideró que Foster tenía demasiado acento californiano para dar vida a Clarice, se puso del lado de los productores y le dio el papel. Años después, admitiría que tuvo que tragarse sus propias palabras, porque al ver la maravillosa actuación de Foster se "enamoró de ella".

    5. Sean Connery, primera opción para Hannibal Lecter

    Anthony Hopkins tampoco fue la primera opción de Demme para el papel de Hannibal Lecter. El cineasta se había fijado en Sean Connery, quien tras haberse alzado con el Oscar por Los Intocables de Eliot Ness, podía ser un gran reclamo para atraer al público de forma masiva a las salas de cine. Demme le envió el libreto, pero, según confesó en una entrevista a Deadline, Connery no estaba dispuesto a interpretar ese papel tan repugnante. Inmediatamente después, el realizador viajó hasta Londres, para ofrecerle el personaje a Anthony Hopkins. Demme reconoció que, durante la primera lectura del guión, tanto él como los productores quedaron fascinados con la maravillosa y aterradora interpretación que hizo Hopkins de Lecter.

    6. Un Oscar por menos de 25 minutos en pantalla

    Seguro que cuando piensas en El silencio de los corderos lo primero que te viene a la cabeza es la imagen de Hannibal Lecter. Pero, ¿alguna vez te has parado a analizar cuánto tiempo aparece el personaje de Hopkins? Quizá te sorprenda, pero ni 25 minutos, de los casi 120 que dura la película de Jonathan Demme, son los que se puede ver en pantalla al despiadado criminal. Exactamente, son 24 minutos y 52 segundos los que se puede ver a Lecter en acción. Este curioso detalle no tuvo importancia para los miembros de la Academia de Hollywood, quienes consideraron que Anthony Hopkins merecía el Oscar a Mejor Actor

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    7. La razón detrás de la vestimenta blanca de Lecter

    Que Hannibal Lecter es uno de los personajes más aterradores y perturbadores del cine es indiscutible. Su maquiavélica mente ya es suficiente para atemorizar a cualquier ser humano, pero si a eso se le acompaña de una vestimenta especial, los niveles de horror son insuperables. Una vestimenta sencilla de color blanco, que fue propuesta por el propio Anthony Hopkins. El actor alegó que ese color sería perfecto porque es el que lucen doctores, dentistas, enfermeros y demás personal médico, a quienes la mayoría identificamos con cosas poco agradables, que suelen generarnos bastante tensión. De esta forma, se generaba una sensación de malestar hacia el espectador cada vez que aparecía en pantalla.

    8. Ted Levine sugirió el baile de Buffalo Bill

    Aunque Hannibal Lecter se posiciona como el verdadero enemigo de la agente Starling, su entrada en escena tiene como razón de ser la investigación que está llevando a cabo el FBI para atrapar con el asesino en serie que se hace llamar Buffalo Bill. Para crear a este personaje siniestro, sádico y despreciable, Thomas Harris se inspiró en el asesino en serie de mediados de siglo XIX, Ed Gein. Un personaje que, en pantalla, supo retratar a las mil maravillas Ted Levine. Y por si verle en pantalla no era lo suficientemente escalofriante, Levine consideró que sería aún más terrorífica si Bill bailaba frente a la cámara.

    La idea fue aplaudida por Jonathan Demme y el resto del equipo, y finalmente se incluyó en el guión de la película. Y menudo acierto, porque el baile de Bill al son de 'Googbye Horses', de Q. Lazzarus, se convirtió en uno de los momentos más hipnóticos de la cinta. Un momento que se queda grabado en la retina del espectador para siempre. Eso sí, para rodar dicha escena, y pese a haberla propuesto él mismo, Levine confesó que tuvo que tomarse un par de chupitos de tequila.

    9. Una burla real, pero con cariño

    Si has visto El silencio de los corderos, probablemente no hayas olvidado ese primer encuentro entre Clarice y Lecter. Un encuentro sobrio, con una química brutal, en el que ambos personajes consiguen comerse la cámara, y dejar sin palabras al público. Durante la conversación que la agente en prácticas mantiene con el sádico criminal, en la expresión de Clarie se puede observar un cierto desprecio hacia Lecter. Este sentimiento no estaba incluido en el, ya que el comentario de Lecter en el que se burla del acento sureño de la joven agente -en la versión original- fue improvisado por el propio Hopkins. En el momento, Foster se sintió muy ofendida por el ataque gratuito de su compañero de escena. Pero al conocer que había sido un truco del actor para generar más tensión en la escena, se sintió profundamente agradecida.

    10. Un póster muy artístico

    Desde luego, el cartel de El silencio de los corderos es uno de los más míticos, y reconocibles, del mundo del cine. En él, aparece el rostro blanquecino de Clarice Starling, con una polilla tampando su boca. Si te fijas, en la cabeza del insecto se puede apreciar una inquietante calavera humana, en referencia al hallado en el cráneo de una de las víctimas de Buffalo Bill. Una calavera inspirada en la famosa obra de Salvador Dalí, 'In Voluptas Mors', en la que siete mujeres desnudas forman una escalofriante calavera humana.

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