Sara Montiel, cuyo nombre real era María Antonia Abad Fernández, es una de las actrices más importantes e icónicas de la historia de España. Pero en estos últimos años, no se le ha reinvidicado como se merece, por lo que Valeria Vegas decidió dirigir y crear Súper Sara, la serie documental sobre la vida de Sara Montiel que estrena Max este 13 de junio.
A lo largo de los tres capítulos descubrirás la historia menos conocida de uno de las actrices más internacionales del cine español, desde sus orígenes humildes en Campo de Criptana hasta su salto a Hollywood donde se codeó con Marlon Brando, Alfred Hitchcock o Elizabeth Taylor. Una etapa de su vida que a menudo muchos olvidan.
Con motivo de su estreno, SensaCine ha podido hablar con Valeria Vegas sobre cómo fue el proceso de la creación de este documental, además de otros detalles como un curioso tema que no consiguió llegar al metraje final o la posibilidad de haber tenido a su amigo Luis Fernando Carrasco por primera vez haciendo una entrevista sobre Sara Montiel.
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Muy pocos saben que Sara Montiel era una adelantada a su tiempo. Inventando incluso el filtro antes que nadie usando una media en la cámara para quitarse las arrugas.
¡Total! Exacto, es una visionaria. Todavía pionera hasta para eso. Bibiana Fernández decía: “No, no, yo he visto cómo ponía la media. El coreógrafo nos ponía la media y, claro, si teníamos 25, parecíamos de 15”. Era todo una maravilla.
Y este documental es para reivindicar esa imagen de Sara Montiel, porque injustamente es verdad que se queda mucha gente con la imagen de los últimos años, pero siempre olvidan que Sara Montiel era una pionera absoluta:
Era una pionera absoluta en un montón de cosas. Yo, antes de empezar el documental, como me apasionaba y era fan de ella, sí era consciente de sus hitos. Pero cuando me puse a investigar, dije '¿En cuántas cosas fue pionera?'. Entonces, de pronto te encuentras con que esta señora adoptó mucho antes que Rocío Jurado, que Isabel Pantoja, que Angelina Jolie y que todas las que vinieron después. Es decir, con 50 años se convierte en madre. Como decía ella, era una madre abuela. Una abuela adoptiva. También fue la primera española que tuvimos en Hollywood; que cantó en inglés en los años 70 cuando nadie se ponía a cantar en inglés siendo español; Posó desnuda todavía a los 60 y pico años para entrevistas en los 90; Se ponía una media en los años 50 en la cámara inventando el filtro; Llevaba las uñas naranjas y verdes 20 años antes que Rosalía. Y tú dices: 'Perdón, esta señora ha sido pionera en todo'. Y no lo hacía por los demás. No era en plan: 'Yo soy pionera' y luego venía cobrando el favor. Eso es lo más bonito: lo hacía con naturalidad suya. Es que es un icono.
¿Y cómo fue indagar en todo el material de archivo, sobre todo el privado e incluso íntimo, de su vida?
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Eso ha sido muy placentero y muy laborioso. Porque cuando nos reunimos con Thais Tous, su hija, me dijo: 'Yo tengo estas cintas'. Y eso es una maravilla. Con toda su predisposición y todo su buen hacer nos la cedió. Yo me acuerdo que quería verlas todas. Y había cintas de las que no sabía nada y otras que eran gloria bendita. Entonces nos tuvimos que repartir muchas. Y sí es verdad que con el tiempo me las fui viendo por puro placer porque era muy gustoso ver a Sara en Disneyland, con una gorra y deportivas, o ver a Sara bañándose en topless en su piscina...Y creo que sin ese material inédito, de las cintas domésticas de Sara, no sería un buen documental. Porque los entrevistados se entregan, hay fotos, material de películas... pero no tendría eso especial. Creo que eso es justo lo que la hace muy especial.
Cierto, como que te acercas más a ella
Eso es. Ves a Antonia. Te lo cuentan y ahí estás viendo a Antonia, sin maquillar, tranquila, relajada o comiendo en casa. Y es súper necesario esa imagen, porque es verdad que la humaniza.
Me imagino que ha tenido que ser muy difícil condensar su vida en tan solo tres episodios
Muy difícil. Sobre todo porque es una vida tan intensa, de tantas cosas. De repente se recicla en el teatro y luego del teatro pasa a la televisión. No me he quedado con la sensación de haber dejado fuera ningún tema. Bueno...sí. Hay un tema que se quedó fuera y no se lo he contado a nadie. Uno de los testimonios es Alberto Rivas, que fue amigo de ella. Le hizo las últimas sesiones de fotos -esas con Boris Izaguirre, maravillosas- y ahí ella descubrió el Photoshop. Le decía: 'Ponme la magia esa que tú le pones'. Estaba fascinada. Y Alberto nos contó que estaban planeando hacer, ya se había hablado con Mattel, de hacer una Barbie de Sara a principios de los 2000. Igual que han salido Barbies de personajes icónicos (yo tengo una de Marilyn Monroe, de Cher, de Diana Ross), pues estaban planeando tres Barbies de Sara Montiel: Una de Vera Cruz, otra de El último cuplé... y coincidió que meses después, Sara se casa con un señor cubano 40 años más joven, con todo el escándalo de portada, y Mattel se negó a hacerlas. ¡Sara fue pionera en la cancelación también! Cancelada antes que nadie (risas). Y eso, que él lo contaba muy bien, no había forma de meterlo. Lo intentamos en montaje, pero te sacaba del hilo conductor. Pasabas de la moda a eso y era como un frenazo.
¿Qué primer recuerdo tuviste de Sara Montiel?
Me acuerdo que la época en la que yo descubro a Sara es más o menos 90 y medios que había sacado ella el disco este de bakalao, porque cantaba Fumando espero versión bakalao. Entonces me acuerdo que en esa época yo tenía 9-10 años entonces me acuerdo que era por ahí por los looks. Y sí que recuerdo que cuando empecé a ser consciente de Sara, me parecía un personaje fascinante, no se parecía en nada a lo que había en la televisión de ese momento, que teníamos o presentadoras infantiles chillonas, Miss Españas lánguidas y sosas. O sea, a mí la España de los 90, me parece fascinante gracias a gente como Sara, porque era esta España de la corbata, de los yuppies, de la jet set y Sara lo hacía distinto. Entonces, sí que recuerdo decir, qué guay es esta señora.
¿Y cómo convenciste a su amigo Luis Fernando Carrasco para que estuviese en la entrevista? Porque menciona que nunca ha dado ninguna entrevista, hasta este documental
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Es algo que valorar, porque nunca ha salido. Me dijo que durante años le persiguieron los programas con Sara en vida también, en Tómbola y demás para que fuese. Y, pues, yo entiendo que Luis Fernando se percató de que, por lo menos, yo era buena gente y que esto no era un programa más.Y creo también que él sintió que era decir de que a mi amiga no se le está reivindicando lo suficiente estos últimos años Y hay que sumarse a esto. Antes, entiendo que él vio que era un proyecto serio, que iba a ser bonito. Una de las cosas bonitas de la serie documental es que no ha había que convencer a nadie. Lo hacían con gusto. Es que hay una cosa muy que él vio que era un proyecto serio, que iba a ser bonito. Es que hay una cosa muy guay, toda la gente que ha participado no ha habido que convencerla. O sea, todos tienen un amor a esa señora que han conocido más o menos cada uno, y Luis Fernando, obviamente, es el amigo más íntimo que ha tenido Sara. Sale 5 o 6 fotos en el documental, pero teníamos como 20 y en las cintas domésticas sale muchísimo todo el rato. Eran como hermanos. De hecho, para Zeus y Thais era el tío Luis Fernando.
Tras Sara Montiel ¿Qué otra folclórica te gustaría reinvidicar en un documental?
Me gustaría mucho Carmen Sevilla, porque también la me fascina mucho Carmen. Lo que pasa que Carmen tiene un problema, no tiene un hijo tan generoso como Thais y Zeus. Hay que ver que su hijo se cerró en banda. Vamos, devolvía hasta los ramos de flores... Entonces, mucho menos si existen citas domésticas, que no no lo sé, no te las daría. Entonces, creo que no quedaría tan redondo como el de Sara, pese a que saldría mucha gente muy cariñosa. Pero creo que con Sara toca un punto que es increíble.